Una serie de explosiones solares producirán supertormentas geomagnéticas que podrían acabar con sistemas de comunicación.
El próximo
22 de septiembre millones de personas en el planeta podrían no solo
experimentar en carne y hueso el efecto de las tormentas geomagnéticas, sino
también quedarse sin electricidad a causa del fenómeno. Esta alarmante
información ha sido divulgada ampliamente en Internet por varios medios de
comunicación que citan a los expertos de la NASA, quienes hace años predijeron
esta catástrofe energética, aunque no precisaron la fecha exacta.
Así, en el
estudio titulado ‘Amenazas de la meteorología del espacio: consecuencias
económicas y sociales", publicado en el 2009, los científicos anunciaron
que cualquier día en el Sol se producirán una serie de explosiones que darían
lugar a “supertormentas geomagnéticas” que "dejarían indefensa a toda la
Humanidad". Ahora varios medios, dedicados a publicar materiales
científicos, precisan que durante toda la jornada del 22 de septiembre una
parte de los habitantes de la Tierra podrán admirar las auroras boreales. Sin
embargo, después de contemplar el espectáculo natural, según advierten, los
terrícolas se arriesgarán a enfrentarse a un verdadero colapso energético: la
fuerza de las explosiones sería tan grande que la mayoría de los generadores y
transformadores podrían quedarse fuera de servicio o, incluso, fundirse.
"La energía eléctrica es la tecnología de la sociedad moderna, la piedra
angular, de la que dependen prácticamente todas las demás infraestructuras y
servicios", señala el informe, precisando que es particularmente
vulnerable al clima espacial. "Algo normal" Sin embargo, no todos los
especialistas creen que el fenómeno pueda suceder en general o que sea posible
predecirlo con tanta exactitud. “Se trata de una situación normal, cuando
explosiones solares vienen acompañadas por un vertido del plasma”, sostiene
Nikolái Chugai, de la Academia de Ciencias de Rusia.
“No obstante, para que este proceso afectara a
los terrícolas, deben coincidir varios factores: que el plasma solar llegue
hasta la órbita terrestre, y que nuestro planeta se encuentre en ese momento en
la trayectoria de su 'bombardeo'. Pero hay que reconocer que el fenómeno ya
sucedió varias veces", concluyó el experto. “¡Menuda barbaridad!
¡Es
imposible predecir un fenómeno natural de este tipo, que todavía no ha
pasado!”, opina otro científico ruso del Instituto de Astronomía, Nikolái
Samus. La tormenta solar más potente registrada ocurrió en 1959, cuando tras
unas espectaculares auroras boleares se produjo un fallo de los sistemas de
telégrafo en toda Europa y América del Norte. Entonces, los cables sufrieron
cortes y cortocircuitos, que provocaron numerosos incendios en ambas regiones.
Texto completo en : http://actualidad.rt.com
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