ASTROFISICO PAÚL LAVIOLETTE
ADVIERTE QUE SUPER ONDA GALÁCTICA NOS IMPACTARA EN JULIO DE 2013
Seguimos juntando piezas para
situarnos en los cruciales momentos que estamos viviendo. Esta vez, me remito a
las informaciones que la Fundación SOLiris recoge por boca del astro físico
Laviolette, quien apunta a la fecha de junio 2013 como el momento en que
llegará la Superonda galáctica.
Laviolette dice: “los astrónomos
están observando una nube G2 de plasma en cuyo interior puede haber una enana
roja entrar y ser desecha en pedazos por el centro de la Galaxia. Por lo tanto
tendremos molestias gravitacionales desde finales de diciembre de 2012 y una
explosión cuando finalmente entre del todo generara una superonda que atraviesa
toda la galaxia y llega a nuestro sistema solar en Junio 2013.”
Sobre la llegada de la superonda
en los próximos meses, esta creara un pulso electromagnético que romperá todos
los circuitos eléctricos del planeta en un solo instante, creara una onda
gravitacional que puede empujar al eje de la tierra a ponerse recto ya que está
siendo atraída hacia el sureste donde está el centro de la galaxia. Cuando lo
vemos es que nos llega, aunque esto sucedió hace 23000 años.
Vale señalar que Paul Laviolette
es un científico americano de origen griego graduado con un BA en física por la
Universidad de Jhons Hopkins en 1969, MBA (Máster en administración de
empresas) por la Universidad de Chicago en 1973, y Dr. en filosofía por la
Universidad de Portland en 1983. Es autor de siete libros y ha publicado varios
artículos científicos en revistas del ramo. Actualmente preside la Starburst
Foundation, un instituto de investigaciones científicas multidisciplinar.
Quizá su teoría más conocida es
la de la súper-onda galáctica publicada en 1987 en la que postulaba que
tremendos chorros de rayos cósmicos son emitidos periódicamente desde el centro
de la galaxia, fluyendo hacia el exterior en línea recta a velocidades cercanas
a las de la luz. Los electrones de esta radiación cósmica podrían penetrar sin
aminorar su potencia dentro del sistema solar y habrían podido inyectar
material intercometario en los planetas. Laviolette sugiere que uno de estos
chorros habría atravesado nuestro sistema solar hacia el final de la Edad de
Hielo y sería el responsable de los cambios climáticos, e indirectamente
precipitar la gran extinción del Pleistoceno. Las cantidades de Berilio 10,
anión NO3, Iridio y Níquel encontrados en el hielo viejo extraído en Wisconsin
apoyan esta teoría.
Paul en posteriores
intervenciones, indica que una o dos súper-ondas con capacidad para provocar
una nueva glaciación están en curso hacia nuestro planeta, y no podemos verlas
llegar porque viajan prácticamente a la velocidad de la luz.
La teoría de Laviolette se
complementa con los dichos de Fernando Malkún, quien en su blog, dice al
respecto:
En “El Tiempo del No-Tiempo” el
Sol, activado por un pulso de energía emanado desde el centro de la galaxia,
impulsa fuertes cambios en la naturaleza que generan todo tipo de Eventos de
Destino sobre la Tierra. En este capítulo examinaremos cómo y por qué en estos
tiempos una cascada de situaciones ha intensificado los terremotos, los
tsunamis, los huracanes, las pandemias y los cambios climáticos extremos.
Situaciones que no suceden por casualidad, son catalizadores de cambio.
Simultáneamente a lo que produce la naturaleza, se amplifica lo negativo que
hay en nuestras vidas y aquello que no funciona en nuestra sociedad. Se resalta
lo que produce conflicto, terrorismo, guerra, desequilibrio social,
insatisfacción religiosa y desorden económico para que nos enfoquemos en
corregirlo.
A modo de ejemplo para la teoría
de Laviolette, el 27 de diciembre de 2004 un estallido de rayos cósmicos de
gran magnitud impactó sobre la Tierra. El causante de esta sacudida fue el
magnetar (estrella de neutrones) SGR 1806-20. La denominación SGR proviene de
la sigla, en inglés, que significa “Repetidoras de Gamma Suaves”. Los números
“1806-20″ se refieren a sus coordinadas en el firmamento: 18 horas, 06 minutos
ascensión recta, -20 grados de declinación. Su ubicación en el cielo es cercana
a la posición del centro galáctico, en la constelación de Sagitario.
Estos objetos son estrellas de
neutrones, remanentes muy densos de explosiones supernova. Pueden tener el
doble de la masa de nuestro Sol, pero ser tan compactas como para ocupar sólo
20 kilómetros de diámetro. Un centímetro cúbico de una estrella de neutrones
tendría una masa de 1014gramos: 100 millones de toneladas! La gravedad de estos
objetos es también inimaginablemente fuerte, cientos de miles de millones de
veces en relación a la Tierra.
Lo que ocurrió aquel fatídico día
en SGR 1806-20 fue como un temblor estelar que alteró violentamente el campo
magnético y causó una erupción de energía.
El estallido que surgió del
magnetar -y en sólo 200 milisegundos (una quinta parte de un segundo)- generó
tanta energía como la que produce el Sol en un cuarto de millón de años. La
energía se movió a la velocidad de la luz desde el objeto, que se encuentra a
50 mil años luz de distancia. Los daños en nuestro planeta fueron mínimos, por
suerte, pero no es para tranquilizarse, ya que se debió a la lejanía del
objeto. Si la estrella hubiera estado a una décima parte de esa distancia, los
efectos habrían sido cien veces mayores.
Fuentes: Rafa pal, Starburst Foru
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