Toda realidad «objetiva» está
basada en el acuerdo subjetivo. Sin embargo, si exploras rigurosamente esta
área del acuerdo verás que es fina como un papel, como una endeble membrana
extendida sobre el mundo que percibes. Detrás de esa membrana, nadie está de
acuerdo en nada. Los eventos ocurren con un cierto ritmo y gracia. Pero después
entras y tratas de darles significado, y el ritmo y la gracia se pierden. En
cuanto crees saber lo que algo significa, dejas de poder entenderlo. Entender
algo requiere de tu aprecio y simpatía. Déjate mover por la situación por un
rato y su significado te vendrá espontáneamente. No es un proceso intelectual.
El intelecto emite un juicio y sale a buscar apoyo para él.
El mundo está dividido entre los
que aceptan ese juicio y los que se oponen. En un mundo así, no puede haber
sino competición, pugna y avaricia. No te preguntas cómo sería el mundo si
estuviera libre de juicios. Pero esa, amigo mío, es la única pregunta que
merece la pena hacer. ¿Estás haciéndote esa pregunta ahora mismo? ¿Estás
preguntándote “cómo sería mi vida ahora mismo si yo no la estuviera juzgando»?
Hasta que hayas separado los sucesos externos de los juicios que les impones no
podrás saber qué significan. Para conocer la «realidad», tienes que retirar tus
juicios y habitar sencilla y profundamente en ella. Puedes hacer esto con
cualquier situación de tu vida. ¿Te acaban de diagnosticar un cáncer? Pues
bien, estate con el cáncer. Reconoce que todo lo que piensas sobre el cáncer
—positivo o negativo— solo es una interpretación.
Tú estás decidiendo lo que
significa. No decidas lo que algo significa. Simplemente déjalo ser y convive
con ello, muévete con ello, respira con ello. Libérate de tus pensamientos al
respecto y comenzarás a entenderlo. Quizá no puedas expresar tu entendimiento
en palabras, o tal vez sí. No importa.
La comprensión vendrá. El significado o
el propósito de las cosas moran en lo profundo de tu mente. Para descubrir ese
significado tienes que mirar dentro de tu propia mente. Mirar afuera, hacia los
eventos «objetivos», y tratar de encontrar significado en ellos es una pérdida
de tiempo. El significado no puede encontrarse ahí. Por supuesto, lo primero
que querrás hacer es consultar a otros acerca de “tu enfermedad. Llamar a los
expertos.
Obtener una primera, una segunda y una tercera opinión. Bueno, sé
honesto. ¿Están las cosas más claras después de la tercera opinión que después
de la primera? ¿Te ha traído discernimiento o paz mental consultar a los
expertos? Si es así, ¡ten cuidado! Sustituir su interpretación por la tuya no
te ayudará a entender lo que está sucediendo.” “Si quieres ir directamente al
meollo del asunto, aléjate de toda interpretación y convive con la situación.
Cuando la gente venga a ti
diciendo: «Tengo la respuesta», despídeles cortésmente. Su respuesta es tan
tóxica para ti como tu propio juicio de la situación. Admite: «No sé qué
significa esto, de modo que voy a darme tiempo para averiguarlo. Confiaré en la
misma fuerza inteligente que trajo esta situación a mi vida para que me revele
su significado». Esta es la acción más amorosa que puedes hacer. Esta acción te
liberará a ti y a todos los que te rodean de la compulsión de juzgar,
interpretar o racionalizar la situación. No tienes que alejar a los demás de
ti. Invítalos a venir y a estar contigo.
Deja que tomen tu mano. Mírales la
cara. Agradece que se preocupen por ti y hazles saber: «Aquí no hay nada que
arreglar… Solo hay algo moviéndose más profundamente en mi vida». Estar libre
de juicio y de interpretación es la cosa más fácil de hacer.
Pero a ti te
resulta extremadamente difícil. Es porque has olvidado cómo ser. Así, la cosa
más simple de la vida se convierte en la meta de los “sistemas más complejos de
meditación. Encontrarás todo tipo de métodos para enseñarte «cómo ser». Pero,
mientras haya un método, estarás «haciendo». Te estoy diciendo que abandones
todos los métodos.
No son necesarios. Simplemente
deja de juzgar, interpretar, conceptualizar, especular. Deja caer todo aquello
que no sea «ser». Y entonces el ser florecerá por sí solo. La gracia se
desplegará a partir de sucesos aparentemente aleatorios.
Y entenderás su
significado y te alegrarás de que sea así. No hay nadie que rehúya su propósito
aquí una vez que éste le ha sido revelado. Pero no puede revelarse mientras uno
esté tratando de entender su vida por la fuerza. Sé paciente. Sé amable. Toda
la alegría y la belleza de tu vida están ahora al alcance de tu mano.
Tu
propósito se está manifestando plenamente en este momento. No busques
significado fuera de tu propia experiencia. Simplemente confía en lo que es y
convive con ello. Esa es la enseñanza más profunda que puedo darte, porque, con
esta simple práctica, todas las barreras a la verdad se derrumbarán.
” Pasaje de: Ferrini, Paul. “Paul
Ferrini. Amor sin condiciones”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario