Profecías del Quinto Sol Azteca.
Según la cosmogonía de los aztecas, existieron cuatro soles o edades antes que
la nuestra, cada una de las cuales finalizó con grandes catástrofes naturales
que diezmaron a la humanidad.
El mito de los cinco soles es
conocido por la literatura azteca y por los pocos códices (libros) que
sobrevivieron a la destrucción de los conquistadores, pero principalmente por
el llamado “Calendario azteca”, “Piedra del Sol” o “Piedra de los Soles”, una
de las piezas arqueológicas más estudiadas y controvertidas, que se encuentran
en el Museo Nacional de Antropología de México.
Se trata de un gigantesco disco
de piedra de más de tres metros y medio de diámetro y un peso cercano a las 25
toneladas, donde se ha representado esquemáticamente la compleja cosmogonía
azteca. Actualmente, la mayoría de los estudiosos coinciden en que la figura
central representa al Sol actual, y los cuatro grabados que la rodean a los
soles anteriores, si bien existen otros investigadores, como Ibarra Grasso, que
ofrecen una interpretación diametralmente opuesta. En lo que no existe
unanimidad es en la duración que habrían tenido cada uno de estos períodos, que
comprenden varios ciclos de 52 años por cada Edad. Las cifras, según los
distintos autores, van desde los 600 años hasta varios miles de años por Edad.
También resulta difícil establecer cuándo terminará esta Quinta Edad o ciclo;
las profecías aztecas señalan que la humanidad que viva bajo el Quinto Sol será
destruida por terremotos y por “fuerzas que hacen un ruido superior al trueno”.
También debemos destacar la
profecía relativa al regreso de QUETZALCOATL, la “serpiente emplumada”, dios
civilizador de los aztecas, que luego de cumplir con su misión se fue
prometiendo regresar en el año CE – ACATL (1 – Caña), cuando coincidieran los
tres calendarios utilizados por los aztecas: el ritual o lunar, el solar y el
venusino. Irónicamente, esta fecha coincidió con el año 1519, fecha en que los
españoles llegaron a México. Los aztecas creyeron que Cortés era Quetzalcóatl
que regresaba... Pero este hecho aciago, por el contrario, desencadenó el ocaso
de una cultura maravillosa, otrora poderosa, que se decía a sí misma procedente
de una tierra hundida llamada AZTLAN (¿la Atlántida?) y que nos dejó mitos y
tradiciones de gran belleza poética, como este “Mito de los Cinco Soles”:
“Según hablan y dicen que saben los viejos, la Tierra y el Cielo se cimentaron
en el año 1, Conejo. También dicen que saben que cuando esto sucedió, habían ya
existido cuatro clases de hombres, cuatro clases de vidas en la Tierra. Así que
sabían también que cada una de ellas había existido en un Sol (una Edad). Saben
y dicen que su dios los creó de ceniza, y atribuyen a Quetzalcóatl, cuyo signo
es 7, Viento, el haberlos hecho y creado.
- El primer Sol que hubo al
principio, bajo el signo 4, Agua, se llamó ATLTONATIUH (Sol de Agua).
En este sucedió que todo se lo
llevó el agua, todo desapareció, y las personas se convirtieron en peces.
- El segundo Sol que hubo estaba
bajo el signo 4, Ocelote, y se llamó OCELOTONATIUH (Sol Felino).
En este sucedió que se hundió el cielo, el Sol
no seguía su camino; al llegar al mediodía se hacía de noche, y cuando
oscurecía los tigres se comían a la gente. Y dicen que bajo este Sol vivían los
gigantes, que así se saludaban: “No se caiga Ud., porque el que se cae, cae
para siempre”.
- El tercer Sol que hubo, bajo el
signo 4, Lluvia, se llamó QUIAHUTCNATIUH (Sol de Lluvia de Fuego). En él
sucedió que llovió fuego sobre las personas, y los que en él vivían se quemaron.
Y dicen que en él llovieron guijarros, y que ésos son las piedras que ahora
vemos; que hirvió la piedra TEZONTLE, y que entonces se enrojecieron los
peñascos.
- El cuarto Sol, bajo el signo 4,
Viento, se la llamó EHECATONATIUH (Sol de Viento). En éste todo se lo llevó el
viento. Entonces todas las personas se volvieron monos, y fueron esparcidas por
las selvas y los bosques.
- El quinto Sol, bajo el signo 4,
Movimiento, se llamó OLLINTONATIUH (Sol de Movimiento), porque se mueve, sigue
su camino. Y como andan diciendo los viejos, en él HABRA MOVIMIENTOS DE TIERRA,
HABRA HAMBRE, Y ASI PERECEREMOS...”
Una semana después de la
conjunción planetaria y el eclipse de Sol del 11 de agosto de 1999, se habían
registrado en todo el mundo más de 30 terremotos y sismos, algunos de gran
intensidad, como los de Turquía y Grecia, que provocaron miles de víctimas.
También hubo movimientos sísmicos en países de Centro América y en Perú.
¿Estamos cerca del fin del Quinto Sol profetizada por los aztecas...? ¿O la
Quinta Edad culminó con la llegada de los españoles, como sostienen algunos
autores...?
“Dado que nos nombres de los
soles anteriores corresponden a la fecha en que fueron destruidos – escribe
Scott Peterson en su libro “Profecías de los indios americanos” – sabemos que
los aztecas creían que la Quinta Era terminaría en la fecha 4, Movimiento.
Desgraciadamente, sólo indican el día pero no el año. De acuerdo con la tabla
publicada por el arqueólogo Alfonso Caso, dicho día corresponde al 10 de mayo
del calendario gregoriano. Según la profecía, los terremotos y el hambre
devastarán la Tierra, y en ese día decisivo de un año desconocido, la Quinta
Era llegará a su fin”.
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