Desde que el Gran Instructor, el
Maestro Jesús, anunciara para este Tiempo, la aparición renovadora del
Principio de la Madre Divina sobre la Tierra, han transcurrido dos mil años...
La Energía del Principio
femenino, si bien ha necesitado dos mil años para encarnarse, hoy, ya está
aquí, aunque permanece en estado infantil en la mayoría de todos nosotros. Sí,
digo bien, en todos nosotros, porque el Principio de la Mujer, la energía del
Principio femenino también se encuentra, aunque en menor grado, en todo hombre.
La Gran Luz, nos dice que este es
el Tiempo de "la Revelación" y, que nos encontramos en la transición
más importante de toda la Historia de nuestra evolución sobre la Tierra... Este
es el Tiempo, también, en el que todas las mujeres de nuestro mundo están
llamadas a desempeñar un papel de extrema importancia, y decisivo, en la gran
mutación planetaria que estamos viviendo.
Ellas, las mujeres, son las que
iniciarán la urgente renovación de nuestro mundo!.
Actualmente, y debido a que la
energía masculina se encuentra en flagrante retroceso, son las mujeres, la
población femenina, las únicas que pueden atreverse a pasar la página de la
Historia de este mundo que ha llegado a su ocaso.
No, no es exagerado afirmar que
la dimensión masculina está en claro retroceso... Observémonos, sinceramente, a
nosotros mismos, amigos, hermanos de este mundo que se viene abajo y, que
todavía..., ¡encontrándonos como nos encontramos, en un Tiempo
"señalado", del Final de los Tiempos, sorprendentemente, aún no
sabemos lo que queremos, ni lo que tenemos que hacer, ni adónde vamos, y mucho
menos aún sabemos por qué y para qué estamos viviendo actualmente, otra vez,
sobre la Tierra!.
Después de todo lo que se viene
diciendo desde hace ya tiempo en todos los medios, después de todos los ríos de
tinta que se han escrito, de los seminarios, de las conferencias..., ¡¿aún no
hemos terminado de comprender que estos años en los que nos encontramos, de
finales de un Gran Ciclo Cósmico y de transición hacia una nueva Era, son de
extrema importancia, no sólo para nosotros a nivel personal sino que también
para nuestro planeta, la Tierra?!. ¡Aún estamos a tiempo, de despertar y...,
actuar!. ¡Tantas y tantas cosas se solucionarían con tan poco!.
Por otra parte, hoy en día, son
demasiado numerosos los hombres que se parapetan detrás de una mujer, una mujer
que se muestra más capacitada que ellos a la hora tomar la iniciativa en la
toma de conciencia sobre los Tiempos que vivimos y la realidad que nos rodea.
¡La Humanidad tiene una asignatura pendiente desde hace milenios y milenios, es
verdad, pero será la dimensión femenina, la que sacará a este mundo del
laberinto, lleno de obstáculos, en el que se encuentra!.
Actualmente, las capacidades de
adaptación de las mujeres, son sin ninguna duda, infinitamente superiores a las
de los hombres, disponiendo también de una mayor capacidad para percibir más
nítidamente las aberraciones actuales y los remedios que se les puede aplicar.
Tienen, además, un sentido de la abnegación y de la compasión muy superior al
de los hombres. La población femenina viene desarrollando en ella y, en los
próximos años desarrollará cada vez más y de una forma extraordinaria, esa
energía llamada: voluntad. ¡La voluntad bien centrada sobre el objetivo a
alcanzar!.
En consonancia con el sentido y
con la dinámica del actual Motor Cósmico y su aspecto, la Energía de la
Madre-Divina, las mujeres, al contrario que los hombres, tienen más facilidad y
más potencial para implicarse en la acción cotidiana, de renovación de nuestro
mundo.
No obstante, la tarea que
actualmente realizan en ellas, de reforma interior, no debe hacerlas olvidar la
energía del Principio de la Mujer, la energía del Principio femenino, que ha
sido hasta ahora su fuerza y su luz por la vía de la creatividad. No deben
olvidar las características de su polaridad femenina, la dulzura, la ternura,
la compasión, la sencillez, la alegría, la intuición, el amor y la luz
femeninas, por la razón de que éstas tienen constantemente tendencia a
atenuarse en la acción cotidiana.
La ternura es la puerta de la
compasión y del amor. La ternura, es una manera de expresar el amor, de
manifestar el amor incluso cuando no tenemos la fuerza necesaria para expresar
todo lo que existe en el fondo de nuestras almas.
Las mujeres deben seguir actuando
con serenidad e irradiando su luz para no cometer el error de los hombres que
consistió, durante milenios, en "dar cabezazos" cuando se presentaba
un obstáculo, "derribando puertas" por la fuerza.
La Humanidad ha pasado por siglos
y siglos de dominio del hombre, pero ahora llega el despertar del Principio de
la Mujer que, en efecto, también se encuentra en todo varón. Sería más acertado
hablar del Principio femenino y no de la mujer como ser diferente y separado
del hombre. El Espíritu es andrógino, ciertamente, porque engloba las dos polaridades
de la Vida, la Energía masculina y la Energía femenina, manifestándose en cada
uno de nosotros en diferentes grados.
En todo hombre hay una parte de
mujer y en toda mujer hay una parte de hombre. Según la llamada de los ciclos
de la Vida prevalecerá más una parte mientras la otra permanecerá dormida.
A nivel cósmico, ocurre otro
tanto similar, las dos polaridades de la Vida siguen las mismas leyes.
Con el resurgimiento de la
energía del Principio femenino, el Padre-Madre de la Creación tomará progresivamente
la apariencia de una Madre Divina, inconcebible fuente de Amor Creador, de
mundos y de galaxias.
Desde el alba de los Tiempos, la
conciencia del hombre ha venido sofocando a la conciencia de la mujer, que ha
adorado y nutrido a la del hombre. Tiempos, en los cuales, los corazones aún
estaban tan endurecidos que nadie podía concebir que el hombre pudiera dejar
expresarse a la Mujer en ellos mismos, al Principio femenino, que también
habitaba en ellos.
Siempre, el hombre ha tenido un
corazón "varonil" que fue motivo de orgullo para él. Mirando hacia
atrás, en la historia bíblica, podemos observar que los profetas y patriarcas
de los antígüos tiempos, eran todos hombres, y veneraban al Padre, pero
olvidaban a la Madre, porque no permitían que la Energía del Principio femenino
se expresara a través de ellos. Si bien, eran todos hombres, todos y cada uno
de ellos estaban lejos de ser el Hombre, el Hombre realizado.
Pues, mientras la energía del
Principio femenino no sea deseada por la conciencia del hombre, esta última
estará incompleta, porque quedará huérfana de la mitad de sí misma. Pero, los
tiempos de los grandes cambios, o mutaciones, han llegado, y hoy, la Gran Luz
nos pide que las cosas sean de otra manera, puesto que el Principio femenino debe
recuperar su lugar en nuestro mundo, y la Mujer debe despertar en todo el
pueblo humano. ¡Pues, "la Mujer", a pesar de todo, aún duerme en la
mujer!.
¡Es crucial para la evolución de
la población de la Tierra, que la mujer perciba a la Mujer en ella y que el
hombre admita a la Mujer en él!. ¡La mutación de este mundo pasa,
indefectiblemente, por dar ese paso!. Entonces, será cuando el Principio
femenino se consolidará como el de la Revolución Crística, la revolución que
aún falta por darse en el pueblo humano de la Tierra, ¡la Revolución del Amor!.
¡El Amor Crístico, o búdico si preferimos llamarlo así!.
El estado de caos que,
actualmente, vivimos no sólo en nuestro mundo exterior sino que también en el
interior de nosotros mismos, es debido en una buena parte al hecho de que hoy
en día aún nos comportamos todos, o casi todos, hombres y mujeres, en la vida
cotidiana, de una forma "varonil". Son las virtudes consideradas como
"varoniles" las que aún predominan en todos nosotros, mientras,
sofocamos en nosotros la energía del Principio femenino.
A pesar de todo, y del
transnscurso de los siglos y siglos, todavía el Principio masculino sigue
reprimiendo a la energía del Principio femenino y el Principio femenino acepta
un poco más el ser reprimido. Verdaderamente, sería más acertado decir que es
"el macho" el que se esfuerza en ser un poco más macho y "la
hembra" la que busca las virtudes del hombre.
Desde una punta a la otra del
mundo, la mujer intenta, y debe, cuanto antes, recuperar su lugar, el lugar que
le corresponde en la sociedad mundial. La mayoría de las mujeres, ya sea por
razones puramente vitales, o de equilibrio personal, sienten la necesidad de
desarrollar una forma de autonomía y de afirmar su personalidad, de manera más
fuerte de lo que nunca lo han hecho. La dimensión femenina está llamada, cada
vez más, a tomar responsabilidades a nivel social. En otros mundos, mucho más
evolucionados que la Tierra, cuando se realiza un Consejo, de Sabios, ya sea a
nivel local, planetario, interplanetario o intergaláctico, para tratar el tema
que sea, siempre está presente tanto la dimensión femenina como la masculina, a
partes iguales, pues son complementarias.
Los llamados movimientos
"feministas", que florecieron en el siglo pasado, y que algunos,
vieron en ellos un esfuerzo del Principio femenino de recuperar su lugar, en
realidad estaban muy lejos de ello, pues, verdaderamente, era el Principio
masculino el que se expresaba bajo una máscara y tomaba la voz de ciertas
mujeres. Durante los últimos decenios ha arraigado en ellas una conciencia
excesiva de combate y cierto autoritarismo, probablemente por la necesidad de
arraigarse más profundamente en la materia.
Ocurre que, algunas mujeres, al
intentar apropiarse de las características del hombre se identifican con el
pobre, que esgrimiendo ideales de justicia e igualdad, en el fondo de sí mismo,
lo que ansía es conquistar los privilegios de los ricos. ¡Una fuerza que
intenta ocupar el lugar de otra utilizando mecanismos semejantes no deja de ser
una fotocopia de la precedente!.
Hasta hoy en día, la Historia de
la Humanidad no ha dejado de ser más que eso, una sucesión de modelos de poder
y de dominio que se han venido alternando una y otra vez. Pero, ha llegado la
hora de que esa batalla constante que se libra, igualmente, en el fondo de
nuestras almas, pasando del dominante al dominado, y viceversa, finalice de una
vez por todas. El Principio femenino que ya está en pie y, cada vez más activo,
tiene entre sus objetivos acabar con ese eterno combate. Tiene como misión
reivindicar al Hombre y a la Mujer en el planeta Tierra, revelándoles con otra
imagen, más solidaria y más universal.
Muy pocos saben que, cada noche y
durante el sueño, las almas de millones de mujeres de todos los países del
mundo se reúnen, en el plano astral, en pequeños grupos, pero no para conspirar
contra los hombres, y tampoco para minar el sistema patriarcal de poder, sino
todo lo contrario, se unen para construir e inducir a la metamorfosis ahí donde
radica el estancamiento de nuestro mundo. La Vida ha revelado a las mujeres que
no sirve de nada luchar "contra" algo, sino más bien, posicionarse y
"obrar" para algo. Al dejar de alimentar la energía que da lugar al
combate, éste termina por extinguirse.
La misión del Principio de la
Mujer no es la de suplantar al Principio varonil sino la de ayudar a la
transformación de la forma "varonil" que gobierna el mundo, en una
forma "masculina" de hacerlo, es decir, más equilibrada. El Principio
femenino va a resurgir con toda la fuerza de su Amor para romper la cadena de
todas las rutinas y todos los estancamientos e inmovilismos.
También, sugiere una necesidad de
autenticidad y urgente reforma del mundo, en uno mismo. Es Ella la que sabrá
romper la cadena de todas las prohibiciones, poniendo en cuestión el orden de
las cosas y el pensamiento dogmático y obsoleto, implantado en todos los
ámbitos, en el político, económico, religioso e incluso científico.
El Principio femenino contiene
una buena parte de audacia y, sin audacia, no puede haber avance. Esa audacia
nos sugiere la posibilidad de imaginar un mundo sin ejércitos, sin entidades
financieras privadas, sin políticos, sin sistema monetario... La audacia
también puede consistir en reflejar la idea de que Cristo no quiso el
Cristianismo, ni Buda el Budismo, ni Mahoma el Islam... La audacia va en el
sentido de desarrollar la utopía o la "herejía" para cambiar nuestra
"programación interior" que, durante milenios, se ha venido
manifestando como un disco rayado.
En este Tiempo, estamos todos
llamados a explorar todos los "por qué no" del mundo, porque es así
como empezaremos a disparar el mecanismo del Principio femenino, liberándonos
de la "programación" de las generaciones pasadas. El sistema de poder
establecido, espera de todos nosotros que le mantengamos indefinidamente y que
terminemos siempre, cueste lo que cueste, por arrodillarnos ante
"esos" hombres y mujeres que establecen sus propias reglas del juego.
Es el Sistema del poder, político, económico, científico y religioso. En
realidad, es un solo poder, porque están unidos entre sí, ya que actúan para la
misma "fuerza de estancamiento" que gobierna el mundo.
La energía del Principio de la
Mujer también es "subversiva", en cuanto que sugiere una actitud de
insumisión hacia todo aquello que va contra la lógica del Corazón, amordaza y
reprime las conciencias. Una actitud de insumisión y desobediencia en dos
planos que, no podrían ignorarse el uno al otro, y que hacen referencia tanto
al mundo externo en el que vivimos como al interno en uno mismo, ya que su
origen y sus efectos son idénticos. Nos sugiere la desobediencia frente a la
exterización cada vez más evidente y repugnante del llamado Gobierno Mundial,
quien manipula como a auténticas marionetas a las grandes potencias políticas y
económicas de nuestro mundo. Pero, también sugiere la desobediencia a nuestros
propios reflejos ancestrales que brotan de nuestro ego, no de nuestro Yo
Superior.
La energía femenina pone en
marcha, de aquí en adelante, una inevitable "desprogramación", o
mejor dicho, "depuración", a nivel interior, que se hará sentir hasta
en el corazón mismo de nuestras células, si aceptamos abrirle la puerta de
nuestro corazón. La desprogramación de las "antiguas memorias" tiene
que efectuarse hasta en nuestro mismo "código genético", para así,
librarnos de los residuos condicionantes del pasado.
Seamos conscientes de ello
o no, queramos o no, estamos siendo empujados hacia esa
"purificación" que, por lo demás, intensificará inexorablemente, la
resolución de todos los contenciosos, contenciosos que hemos ido posponiendo,
vida tras vida, para "el final".
Esta depuración es inevitable,
pues el problema del condicionamiento a los reflejos atávicos y dualistas que
engendran el sufrimiento en nuestro mundo se ha convertido, y desde hace mucho
tiempo, en un asunto de "genética". Porque la sed de poder y de
dominación, los miedos, la brutalidad, el egoismo, la codicia, el desamor...,
¡se pueden leer en nuestro DNA!; en nuestros genes están impresas esas huellas
recibidas a través de los tiempos.
Un ejemplo concreto, de esos
reflejos o esquemas ancestrales, propios del funcionamiento del "cerebro
reptiliano", y que es la primera aplicación de la ley del talión, es el
que nos dicta que tenemos que retirar, nosotros también, nuestro amor o amistad
a alguien porque: "como tal ya no me ama, yo tampoco le amo ya". Es
decir, cuando una puerta se nos cierra o parece cerrarse, automáticamente
blindamos la nuestra propia. En la Tierra, por sistema, funcionamos así. Se ha
convertido en un "acto reflejo". Todos hemos experimentado esta
reacción pueril, que termina aislando a un ser en un bucle cerrado
herméticamente, el de "toma y dame", es decir, en el de un ragateo
del que nunca se saldrá porque la misma sociedad lo refuerza.
También, en el fondo de todo ser
humano hay un reflejo atávico de viejo comerciante experto en todas las formas
de regateo, y que utiliza, en cada instante, como si le fuera la vida en ello.
De nada sirve saltar como un resorte replicando :"¡reaccionamos así porque
nos han engañado tantas veces...!". Lanzar semejante testimonio no hace
más que agrandar el surco donde nos hemos atascado, abrir más los labios de la
herida que padecemos. Estos, son algunos ejemplos que señalan con el dedo una
de las raíces de este tipo de cáncer que afecta a la Humanidad entera: "te
quiero..., a condición de que tú me quieras, te doy..., si tú me das",
"qué voy a sacar yo de todo esto...". ¡Sistemáticamente, funcionamos
así, desde hace milenios y milenios!.
Es por eso que, la enfermedad
espera siempre a la puerta de quien no es auténtico, de quien practica la
retención de la Vida, de la espontaneidad, en definitiva, del Amor y la
Compasión. Los cánceres y los infartos no son más que el fruto de la siembra
diaria que hacemos plantando barreras a la Vida y al Amor. No son más que una
falta de Amor y de Perdón hacia uno mismo y a los demás. Vivir, es amar, y
amar, es vivir. No basta con existir..., hay que vivir y amar. ¡El Amor
incondicional es la llave que abre todas las puertas y la respuesta a todas las
preguntas!.
Es ese tipo de actitudes, fruto
del desamor y la falta de compasión, que nos encadenan, como unos grilletes a
los tobillos, y terminan incrustándose en nuestra piel hasta llegar a formar
parte de nuestro código genético, nuestro DNA, o ADN.
El Principio femenino que viene a
renovar el mundo, sugiere que hay que romper esa cadena y todos los
condicionamientos que representa. Esto también evoca un replanteamiento de
todos los planos de nuestra vida. La vida y la felicidad se detienen allí donde
nosotros decidimos que se detengan. No olvidemos que cada uno es el arquitecto
responsable de su propia vida, de su mundo interior y corresponsable del mundo
en el que vivimos. La meta del Principio de la Mujer es, también, la de
despertar en cada hombre y en cada mujer, al ser Humano y su raíz divina.
La dificultad con la que nos
encontramos, tanto hombres como mujeres, para hacer frente al estancamiento e
inmovilismo de nuestro mundo, en buena parte, reside en nuestra
"codificación genética". Esta es, en buena parte, una de las razones
por la cual la mayoría de la población de la Tierra a pesar de tantos y tantos
esfuerzos sigue prisionera de los reflejos arcaicos de brutalidad, de
posesividad, de egoismo, de miedos..., de no apertura al Amor y Compasíón, en
definitiva.
Hace ya tiempo que, muchos
investigadores han tomado conciencia de la importancia de lo que se llama
"memorias celulares", que muy a menudo y, a pesar de nuestros
esfuerzos, nos arrastran hacia los repetitivos esquemas primitivos. Este
"problema" genético, es también una de las razones por las que
nuestro planeta, la Tierra, recibe la visita periódica de ciertas
"Inteligencias" llegadas de las estrellas. Es por eso, y no hay que
tener miedo por ello, por lo que la Humanidad de la Tierra, está actualmente
recibiendo un "pequeño empujón", procedente del exterior.
A estas alturas ya, en el siglo
XXI en el que estamos, todo o casi todo el mundo sabe que la Tierra no es el
único planeta habitado por formas de vida e inteligencia humanas, que no
estamos solos en el Universo. Sería absurdo pensar lo contrario, sin embargo...
Algunos libros, llamados sagrados, y pertenecientes a diferentes culturas y
épocas, como el Libro Popol Vuh, de los mayas, el Libro de la Biblia..., nos
hablan de las incursiones periódicas de ciertos Ángeles, Elohims, que "se
unieron" con las hijas de los hombres y las fecundaron, con el fin de
generar sobre la Tierra una nueva raza. Pues bien, en la actualidad, este
fenómeno se está repitiendo, una vez más, de forma diferente, más sutil.
El objetivo de los llamados
Hermanos Mayores de las estrellas sigue siendo el mismo que antaño, porque la
Humanidad ha seguido, durante milenios, atascándose y creando una huella en lo
más profundo de sí misma, una huella de fracaso, en buena parte debido a la
actuación de las "fuerzas de separación", de la Sombra, que frenan
una y otra vez, con los medios de que disponen, el proceso evolutivo y
ascensional de la población de la Tierra. El alma puede querer elevarse y
abrirse, pero si el cuerpo, y sus "memorias celulares", impone
demasiado su ley, ocurrirá que el alma no podrá abrir tanto como desearía, sus
alas.
Esa es una de las razones de la
llegada de "nuevos niños", que vienen a desarrollar una determinada
misión sobre la Tierra. Niños que proceden "de las estrellas"...,
almas muy evolucionadas, con una conciencia cuatridimensional, que portan un
nuevo código genético, capaz de ofrecer nuevos valores y más elevados, al
conjunto de la población de la Tierra. Su llegada a nuestro mundo se ha
multiplicado en los últimos 50 años y son portadores de un nuevo sistema
genético denominado GNA, en lugar del DNA. Esto ya lo saben muchos genetistas.
Estos seres no son dioses, son al igual que nosotros, criaturas en evolución,
similares en todo punto a los hombres y mujeres, con sus debilidades y sus
imperfecciones personales. Pero, no los busquéis, y que no se busquen, porque
no nacería ninguna fuerza de esa búsqueda sino probables fantasmas.
Qué importa
lo que pensamos que somos, lo que se piensa haber sido o lo que uno se imagina
reconocer.
Sólo importa en qué sabemos convertirnos..., en antorchas de luz y
bálsamos de "lo que ha de venir". ¡No nos hacemos ni idea!.
Estos "nuevos niños" no
son más que nuestros Hermanos Mayores de los mundos de Luz que, por Amor y Compasión,
se encarnan entre nosotros, cada uno de ellos, en función de la ayuda a brindar
a la Humanidad, ya sea tras el rostro de una mujer que se dispone a traer niños
al mundo, como bajo el hábito de un monje...
¡Ellos son "la sal y la
levadura", son una raza de "reconstructores", de estirpe solar!.
La mayoría de estos niños que nacen, actualmente, en la Tierra, vienen ya al
mundo con una virtud, que muy pocos seres de nuestro mundo han podido
desarrollar en esta vida: la voluntad. La voluntad es, precisamente, uno de los
principales elementos de los que carecemos la práctica totalidad de la
población mundial. ¡La voluntad, es Amor!.
Es una voluntad firme,
inquebrantable. Estos "nuevos niños" que han venido y siguen viniendo
al mundo, saben muy bien dónde quieren ir, el camino que tienen que recorrer, y
de hecho, ya van. Aunque, lo saben muy bien, de manera inconsciente, lo saben
mejor que la inmensa mayoría de todos nosotros que además de que aún ignora
dónde va, menos aún sabe lo que quiere y lo que hay que hacer. Sin embargo,
estos "nuevos niños" son seres decididos, porque han venido, porque
vienen a ayudarnos a reconstruir nuestro mundo que se desmorona, y se
desmoronará.
Si nos pidiera la Fuente de toda
Vida, a los hombres y mujeres de la Tierra, que nos encarnáramos en el cuerpo
de un animal, con el fin de hacer avanzar a su reino..., ¿cuántos dirían
"Si" y darían un paso al frente?. ¡Pues, eso, es la mayor ofrenda de
Amor que un ser puede hacer!.
Estos "nuevos niños" se
han comprometido con todo su Amor, a nacer sobre la Tierra, un planeta que no
es el suyo de origen, abandonando temporalmente, con lo que ello supone, gran
parte de sus capacidades espirituales que disfrutaban en sus mundos de luz,
pero no les importa, porque ellos/as son misioneros/as al Servicio de la Luz,
la Verdad y la Vida, que vienen a nuestro mundo con alegría para que pueda
renacer, al fin, una renovada fuerza en los corazones de los hombres y mujeres
del planeta azul, la Tierra, y pueda recuperar, nuestro mundo, su lugar entre los
demás planetas hermanos de nuestro Sistema Solar.
Todo esto, no significa que el
futuro de la Humanidad dependa de estas modificaciones genéticas, porque sería
delegar nuestro propio poder ascensional a una energía exterior, y no va a ser
así, obviamente. Como ya se ha dicho antes, estas intervenciones en nuestro
planeta de los Elohim sólo son un "empujoncito", una ayuda
"extra" que se le da a la Humanidad, con el fin de ayudarla, en lo
más profundo de la materia, a superar ciertos reflejos ancestrales que aún
permanecen incrustados en el cuerpo humano, en su código genético, en su DNA.
Esto mismo, esta ayuda llegada
del exterior, que está motivada por un profundo Amor a la Tierra y a su
Humanidad, también tendremos que hacerlo nosotros más adelante en otros mundos.
Y, dentro de no mucho tiempo, dentro de unas dos o tres generaciones después de
que la población de este mundo haya emprendido la Revolución que aún falta por
darse en la Tierra, la Revolución del Amor, la que transformará las
conciencias, entonces, todo el código genético de la Humanidad habrá sido ya,
definitivamente, modificado.
Después del primer tercio de este
siglo XXI, el Principio de la Mujer, la energía femenina, se manifestará de
forma espectacular, en su fase de estabilización, en el Nuevo Mundo, en la Era
de Acuario. Ganímedes, el Vertedor de Agua, estará dotado de la energía del
Principio femenino. La energía de Acuario, es femenina y, sugiere una nueva
definición de la espiritualidad. La espiritualidad se convierte, entonces, en
un motor universal que puede y debe mezclarse con todos los dominios de la
Vida. Su esencia no es una filosofía, en la medida que la mayoría de las
filosofías no son un aprendizaje de la Sabiduría sino un sistema de disfrute
intelectual. De esa forma, uno no se adhiere al Principio femenino de la misma
manera que se adopta una forma de pensar o una creencia. ¡Sencillamente,
dejamos que su Energía recobre plenamente su lugar en nosotros, para después
verterla al exterior!.
¡Es de capital importancia que la
población femenina de la Tierra tome plena conciencia y posesión de su papel
renovador del mundo sin más tardanza, pero más importante aún es que, el hombre
acepte, por fin, despertar a la Mujer en él, sin falsa vergüenza, es decir, al
Principio femenino en él!. ¡El despertar de nuestro mundo exige esta Revolución
y mutación..., Revolución crística, o búdica si queremos llamarla así!.
El hombre, cuando no encuentra la
fuerza para actuar, para afrontar los acontecimientos de cualquier índole, no
para ir "contra" lo que sea, es porque frena en él esa energía, esa
sensibilidad femenina. Y, es ésta, la que debe hablar a través de él, porque es
la energía del Principio femenino la única que puede regenerarle y
proporcionarle una dimensión masculina perfectamente equilibrada.
Pero, no nos equivoquemos, todo
esto, no tiene nada que ver con los entresijos de la sexualidad. Simplemente,
nuestra Humanidad necesita sacar a la luz un poco más la parte femenina de su
ser. Y, en esto, están los dos sexos implicados. Eso no concede la supremacía a
ninguno de los dos, ya que tiende al equilibrio entre ambos.
Por otra parte, hoy en día, ya
todo el mundo puede presenciar la exaltación de la energía sexual, que no es
más que uno de los principales signos que, por muy desoladores que sean, sin
embargo anuncian el despertar de una gran energía espiritual. Esta exacerbación
de la sexualidad es uno de los signos que revelan la podredumbre de un mundo
que ha llegado a su fin.
Y..., es necesario que la obra de
putrefacción sea total para que la población de la Tierra sienta la urgente
necesidad de respirar a pleno pulmón un aire más limpio. ¡No se puede
reconstruir sobre lo que está en pleno proceso de descomposición!.
Si, al fin, hemos decidido
unirnos a los que trabajan para renovar el mundo en sí mismos, no a los
maestros en el arte de la oratoria vacía, sino a aquellos y aquellas que las
responsabilidades no les asustan, entonces, que la energía del Principio
femenino surja e irradie desde el centro de nuestros corazones con toda su fuerza,
ternura y belleza.
En estos Tiempos, las energías
que estructuran el Universo, están siendo "esparcidas" sobre la
Tierra de forma diferente a como ha venido siendo hasta ahora, pues es la
Energía de la Madre-Divina Creadora de mundos y de galaxias la que, en estos
momentos, está abrazando con mayor fuerza e intensidad a la Tierra, elevando su
"tasa vibratoria". Esa es, en buena parte, una de las razones por las
que la población femenina de nuestro mundo está siendo sometida a fuertes tensiones,
y experimenta cierto número de reajustes, que no deben preocuparlas ni darles
más importancia de la que tienen. Pueden aquejarlas ligeros disturbios
psico-físicos o síntomas, a menudo, inexplicables, que no deben inquietarlas,
cansancio o molestias en las piernas, jaquecas, necesidad de llorar sin saber
por qué, más necesidad de horas de sueño, mareos o vértigos, algunos problemas
relacionados con la biología femenina, etc.
Debido a la sutil fisiología
femenina, la mujer puede captar infinitamente más que el hombre una gran parte
del éter, a nivel de un electromagnetismo extremadamente sensible, no sólo de
nuestro planeta sino de todo el universo. Pero, esa energía denominada,
voluntad, ¡la voluntad bien centrada sobre el objetivo a alcanzar!, que la
mujer está desarrollando y desarrollará cada vez más en los próximos años y
que, en estos momentos, es de capital importancia que se expanda por toda la
Tierra, puede, en un momento dado apartarlas de su naturaleza intuitiva, pero
siempre y cuando ese elemento, voluntad, tienda a expresarse de una forma
demasiado personal, autoritaria y combativa, en lugar de expresarse en un
sentido más universal, y Crístico, en el más amplio sentido del término.
¡La energía del Principio de la
Mujer, la energía femenina, un día se extenderá como un aceite por toda la
superficie de la Tierra, penetrando profundamente en los cuerpos y las almas
para destilar delicadamente sus virtudes!. ¡Afortunados serán aquellos y
aquellas que estén presentes cuando ese Tiempo llegue, porque, llegará!. ¡Ya
está aquí!.
¡La hora de los que nada temen se
acerca tranquilamente!.
Mario Zorrilla Gallego
Fuente:// El Sol
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