Centrarse:
Mientras esté de pie, con los pies y las rodillas juntas, intente sentir los músculos de la parte delantera de las piernas apretando los que están en la parte trasera de la pierna.
Sienta ese
juego de músculos. Y una vez haya equilibrado la sensación de la parte
delantera con la de la parte trasera, inténtelo desde los lados, el lado
derecho y el lado izquierdo de sus piernas apretando hacia el centro. Permita
que esta sensación suba por el tronco de su cuerpo.
Lo que debería estar sintiendo, si no se ha caído antes, es el cuerpo intentando equilibrarse a sí mismo. Al aprender a empujar al cuerpo hacia su centro, estará haciendo lo mismo con la mente, consiguiéndose el mismo resultado, de modo que puede reunir las energías que encuentre y concentrarlas en su parte intima más central. También puede imaginar que es un árbol que está siendo sacudido por los vientos de los cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra). Al combinar los esfuerzos mentales con los del cuerpo, su voluntad empezará a sentirse integrada y equilibrada dentro de su cuerpo y su alma. Su energía aumentará de forma espectacular.
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