La legendaria sabiduría celta llega hoy a través de
sus tradiciones referentes a las plantas.
Según sus tradiciones ancestrales, los celtas
aseguran que las plantas que se van a tratar a continuación poseen poderes
especiales no sólo para ahuyentar a los malos espíritus o las hadas malévolas,
sino para mejorar el estado tanto del cuerpo como del alma.
Anémona
del bosque
Tanto celtas como romanos utilizaban la ANEMONA DEL
BOSQUE para combatir la fiebre y la enfermedad. Los antiguos herbolarios
preparaban una poción con el jugo de su raíz y de sus hojas para bajar la
fiebre, aplacar el dolor de cabeza y atacar la gota.
Acedera
silvestre
Durante el sexto mes del año se recogían
ceremonialmente las pequeñas flores de la ACEDERA SILVESTRE para echarlas sobre
el piso de las casas para que, de este modo, ese hogar estuviera protegido
contra la enfermedad y la peste.
Campanilla
Si bien
no es la CAMPANILLA una planta originaria de Gran Bretaña, los monjes druidas
la trajeron desde Italia durante la Edad Media. Le dieron el nombre de violeta
bulbosa y la utilizaban para curar heridas y aliviar los problemas digestivos.
Diente
de león
Se considera al DIENTE DE LEON como un tónico
natural por ser rica en vitamina C, calcio y otros nutrientes naturales. Es
diurética, depura el hígado y combate el reumatismo.
Al purificar la sangre y los tejidos resulta una
gran aliada para combatir las enfermedades de la piel.
Dulcamara
del bosque
Los ancestrales herbolarios utilizaban la DULCAMARA
DEL BOSQUE por sus poderes narcóticos para disminuir el pulso cardíaco y la
fiebre. Si bien sus frutos son venenosos, sin llegar a ser fatales, son de gran
peligrosidad para los niños. Los celtas utilizaban la planta como talismán
contra los hechizos brujeriles. Se colgaban sus bayas a la entrada de los
hogares para alejar los maleficios.
Margarita
Los
druidas utilizaban los poderes sanadores de la MARGARITA en los mismos campos
de batalla para curar heridas y contrarrestar el efecto debilitador de tales
daños.
Menta
de agua
La MENTA DE AGUA es una planta silvestre que los
druidas usaban para combatir el dolor de cabeza. Crece en lugares húmedos y es
fácil de identificar por sus flores de colores lila o púrpura. Se pueden hacer
tisanas o macerarlas en vino que debe beberse a pequeños sorbos para aliviar
dispepsias, cólicos y otros trastornos estomacales. Al inhalar por la nariz
combate el dolor de cabeza.
Piedepotro
Los druidas utilizaban el PIEDEPOTRO para aliviar
los resfríos y los problemas asmáticos y de mala respiración por lo que su
nombre más popular es de planta del catarro. Se la conoce también como pezuña
de caballo.
Rama
de brezo
Los druidas recolectaban las primeras flores y
brotes de RAMA DE BREZO a la que luego añadían la savia de abedul para hacer
una bebida dulce. Se la bebía por su poder embriagador y para deshacer
hechizos. Se lo utilizaba para celebrar los equinoccios. Las matas de brezo se
las asocian también con los encantamientos que pueden hacer hadas y duendes.
Ulmaria
La ULMARIA, conocida también como la reina de los
prados, era una planta sagrada de los druidas que la utilizaban como analgésico
eficaz. Sus elementos aromáticos y astringentes resultaban apropiados para las
enfermedades que presentaban fiebre y dolor. Se esparcían sus pétalos en las
cámaras nupciales en los días de la reina Isabel I de Inglaterra por ser una
planta consagrada a Gwena, nombre celta para Venus, la diosa del amor.
Valeriana
Los druidas consideraban a la VALERIANA la planta
que todo lo cura por sus virtudes.
Recogían la verdadera valeriana silvestre que no
tiene perfume y la utilizaban en preparados como purga y para aliviar los males
histéricos.
Vellorita
La VELLORITA era muy apreciada por los druidas para
protegerse contra el mal. Los monjes celtas untaban su cuerpo con el aceite de
esta planta antes de practicar ciertos rituales de purificación y de limpieza.
Las propiedades curativas de esta planta servían para el reumatismo muscular,
la parálisis y el insomnio.
Verbena
Para los sacerdotes druidas la VERBENA era un
afrodisíaco y era buena para la visión. Se la utilizaban para el tratamiento de
úlceras y para combatir la pleuresías y los fuertes dolores de cabeza. Se dice
que en el Monte del Calvario se la utilizó para mitigar el dolor de las heridas
de Cristo. Para los druidas era como un talismán contra la mala suerte y las
maldiciones.
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