Hace 38 años, se inició una
importante experiencia de contacto extraterrestre en Perú. Además de los
mensajes recibidos de los seres del espacio, que hablaban de la necesidad de un
cambio de consciencia en el mundo, también brindaron una serie de datos e
informaciones que hoy, a la luz de ciertos estudios científicos, cobran mayor
sentido. Me refiero a las “Puertas Xendra”, umbrales en el espacio tiempo. De
acuerdo a Oxalc, la entidad que contactó inicialmente al grupo de contacto,
esas puertas dimensionales encerraban una importante preparación.
Una singularidad creada artificialmente
De acuerdo a Oxalc, un Xendra es una “puerta” que
logran abrir “artificialmente” al concentrar la luz, o energía, en grandes
cantidades en un punto específico. Es como ver a cuatro personas estirando un
mantel desde sus cuatro esquinas, y una quinta persona deposita en el medio del
mantel una bola de hierro o cualquier otro elemento pesado: el mantel se
hundirá en su centro por el peso del objeto. En termino físicos, la “realidad”
del objeto distorsiona el espacio que lo contiene. Se le podría llamar, si
queremos, “singularidad”.
Guardando las distancias con el concepto de los agujeros negros (cuya gravedad es tan intensa que ni la luz escapa a ellos), un Xendra es en suma una gran cantidad de energía que al ser concentrada puede “abrir” pliegues en el espacio tiempo. En los grupos de contacto se conocieron estas experiencias donde más de una persona pudo cruzar los umbrales, siendo “trasladadas” a otra realidad, física o interdimensional, como parte de una preparación. Aquel adiestramiento era más que importante para los extraterrestres, pues constituía un anticipo de lo que viviría el planeta en un futuro próximo al integrarse a otra esfera de conciencia, o como se le denomina actualmente, al Real Tiempo del Universo.
Guardando las distancias con el concepto de los agujeros negros (cuya gravedad es tan intensa que ni la luz escapa a ellos), un Xendra es en suma una gran cantidad de energía que al ser concentrada puede “abrir” pliegues en el espacio tiempo. En los grupos de contacto se conocieron estas experiencias donde más de una persona pudo cruzar los umbrales, siendo “trasladadas” a otra realidad, física o interdimensional, como parte de una preparación. Aquel adiestramiento era más que importante para los extraterrestres, pues constituía un anticipo de lo que viviría el planeta en un futuro próximo al integrarse a otra esfera de conciencia, o como se le denomina actualmente, al Real Tiempo del Universo.
Como fuese, aquella tecnología no humana, que
parece sacada de un guión de ciencia ficción, ha inquietado a nuestros
científicos desde todos los tiempos.
Uno de los ejemplos más emblemáticos lo hallamos en
las investigaciones del físico y matemático de origen yugoslavo Nikola Tesla,
descubridor de la corriente eléctrica alterna (que superó los estudios del
inglés Tomas Alva Edison) y de la hoy aceptada Resonancia Schumann. Tesla logró
concentrar grandes cantidades de energía y formar inmensas bolas de luz y rayos
lumínicos que se disparaban al cielo pudiendo ser vistos desde importantes
distancias. Afincado en los Estados Unidos, a su muerte, en enero de 1943,
el Gobierno ingresó a su despacho de Nueva York e incautaron todos los folios y
material disponible sobre sus investigaciones. Se dice que fruto de todo ello,
luego de siete meses de intensas pruebas previas, los militares norteamericanos
intentaron un primer experimento con puertas dimensionales utilizando grandes
cantidades de energía para “abrir” un pliegue.
Nos referimos al experimento Filadelfia (agosto de
1943).
Al parecer, la clave para abrir aquellas presuntas
puertas era la concentración de energía, algo que en 1947, a pesar del
conocimiento que brindó la Bomba Atómica, aun resultaba difícil de manejar.
Por esta razón en fechas tan recientes como el
pasado agosto de 2003, se procuró emplear la energía que abastece a grande
ciudades, sin éxito en el experimento, pero generando un gigantesco apagón que
tuvo como centro la Central Eléctrica del Niágara (supuestamente el eje del
incidente). No deja de ser curioso que fuera precisamente en las cataratas del
Niágara donde se construyó la primera central hidroeléctrica gracias a los
desarrollos de Tesla en 1893, consiguiendo en 1896 transmitir electricidad a la
ciudad de Búfalo. Toda historia, aparentemente, nos lleva al gigantesco
Acelerador de Hadrones en Suiza y un nuevo experimento que se llevará a cabo
este mes de agosto, aunque, según la información oficial, con otros fines.
Arriba: uno de los experimentos de Nikola
Tesla.
Mecánica
Cuántica y el Acelerador de Hadrones
Muchos piensan que los estudios sobre mecánica
cuántica se han realizado estos últimos años. Y se equivocan. Ya en 1918, el
científico alemán Max Planck, recibía el Premio Nobel de Física por descubrir
la física de los quantums. Desde entonces, mucha agua ha corrido bajo el puente
y aún existen diversas incertidumbres sobre este particular.
Hoy por hoy, el laboratorio más importante de un
físico de lo “infinitamente pequeño”, de aquellas unidades de energía, es
un “Acelerador de Partículas”, un instrumento que utiliza campos
electromagnéticos para acelerar a gigantescas velocidades las partículas
cargadas eléctricamente. Hay que subrayar que el estudio de la mecánica
cuántica se concentra de manera especial en el comportamiento de los objetos
microscópicos, sean estos percibidos como “partícula” o como “onda”. Por
ejemplo, bajo ciertas condiciones experimentales, los átomos o los
electrones exhiben un comportamiento ondulatorio, como en la interferencia. Y
bajo otras condiciones, las mismas especies de objetos exhiben un
comportamiento corpuscular, de partícula, (“partícula” quiere decir un objeto
que puede ser localizado en una región especial del Espacio). Este fenómeno se
conoce como dualidad onda-partícula. Los aceleradores son tecnologías
capaces de contenerlas.
Arriba:
Max Planck y Albert Einstein en una
imagen de la época.
El más grande e importante fue terminado
cerca de Ginebra, Suiza. Se trata de un túnel de unos 27 km. de circunferencia
que colisionará las partículas para estudiar aspectos de la composición del
átomo, de qué está hecha la masa, y si existen otras dimensiones como postula
la teoría de las Supercuerdas, entre otros puntos de interés para la ciencia.
Como es de esperarse, la construcción del gigantesco acelerador ha traído más
de una controversia, sobretodo luego de que en abril de 2007 se produjera una
explosión que obligó a cambiar 24 imanes que rodean el Colisionador
(supuestamente, el incidente ocurrió por un error matemático en el diseño de
los imanes por parte del fabricante, el Laboratorio Fermilab).
Como fuere, algunos científicos denunciaron que existía
el peligro de “crear” un agujero negro estable que podría, incluso, poner en
jaque la propia existencia del planeta. Suena fantástico, sin duda. Pero, ¿y si
fuera un peligro real? Lo cierto es que el experimento demanda una gran
cantidad de energía que, de acuerdo a ciertas sospechas, está destinada a otra
cosa. Hoy, a mitad de 2012, los "percances" con el LHC
continuaron. Pero los científicos aseguraron (hace poco, el 4 de julio,
día de la Independencia de Estados Unidos) que habían encontrado una partícula
coherente con el Bosón de
Higgs que avalaría el "modelo estándar" de la física.
Con el tiempo, lo veremos...
Supuestamente, desde hace décadas las más
importantes potencias del mundo habrían revelado a través de sus científicos
que un acontecimiento intenso sobrevendrá al planeta.
Ese proceso ya estaría en marcha y está conectado
con los recientes cambios climáticos que, obviamente, van más allá de la teoría
oficial del “Calentamiento Global”. Algo estaría por suceder con la Tierra y
ellos lo saben y de alguna forma están procurando entenderlo.
Se piensa, inclusive, que el cambio podría
involucrar un cataclismo de proporciones bíblicas, tal y como sostiene más de
una civilización antigua. De acuerdo a esto, existen advertencias en diferentes
culturas del mundo que miraron con exactitud los tiempos que vendrían, y que
debíamos prepararnos para afrontar ese “salto a otra realidad”. Si todo es
cierto, faltan pocos años para saberlo, pues ese “cambio” o “transformación”
estaría conectado con la famosa profecía maya de 2012.
Ciencia y Espiritualidad
Cuando se mezclan temas como ciencia y misticismo,
profecías antiguas y recientes descubrimientos científicos, pareciera que
estamos uniendo cosas totalmente incompatibles.
Para la ciencia, que se basa en evidencias, en
hechos comprobables y repetibles, hablar de profecías es casi un sacrilegio. No
obstante, sí hay una línea que une los conocimientos de nuestros
antepasados con la moderna física y descubrimientos científicos. Confieso que
quedé impactado cuando leí hace mucho tiempo atrás el libro “El Tao de la Física”
(1972) del físico austríaco Fritjob Capra, bestseller internacional en donde se
demuestra que el hilo que separa los antiguos conocimientos espirituales
humanos con el de los modernos estudios científicos es muy delgado. Hoy en día
pasa igual con los mayas, quienes hablaban de Hunab Ku (el centro de nuestra
galaxia) como eje de un gran cambio que afectaría a nuestro Sol y a la Tierra.
La NASA ha podido confirmar que en el centro de nuestra Vía Láctea se halla un
agujero negro supermasivo, que está emitiendo decenas de trillones de electro
voltios hacia nosotros, y que podría estar conectado con los intensos cambios
en la corona solar.
Los mayas comprendieron que los seres humanos
vivimos en una realidad “falsa” y que en algún momento se produciría el
despertar de la humanidad al sincronizarnos con Hunab Ku.
¿Ese es el evento que los científicos del
Acelerador de Hadrones conocen? ¿Es la razón por la cual los extraterrestres
adiestraban a los grupos de contacto con el paso a través de umbrales
dimensionales? ¿Es que el cambio que viene involucra acceder a otra realidad
diferente a la que conocemos? Nadie tiene las respuestas definitivas. Pero
desde tiempos anteriores a Nikola Tesla se ha procurado comprender a la energía
y lo que a través de ella se pueda lograr, aunque muchas veces manipulando el
conocimiento para experimentos militares o inclusive climáticos...
Experimentos secretos
"Cualquiera que no esté impactado con la
teoría cuántica no la ha entendido."
Niels
Bohr
Físico Danés
Se le considera a Max Karl Ernst Ludwig
Planck como padre de la Mecánica Cuántica, la “física de las posibilidades”
como hoy muchos le denominan. No obstante, el estudio de fenómenos a escala
microscópica mediante las hipótesis de la cuantización de la energía y la
dualidad onda-partícula fue desarrollado posteriormente al Premio Nobel de
Planck por Erwin Schrödinger, Werner Heisenberg, Paul Dirac, entre otros.
Corrían los años 20 y desde entonces mucha agua ha corrido bajo el puente.
Hablamos de un conocimiento que sin duda alguna despertó gran interés en las
más poderosas naciones que, sin mayor demora, lo aplicaron a todos los
proyectos posibles, incluidos, desde luego, los militares.
Como vimos en la primera parte de este artículo,
los descubrimientos de Nikola Tesla (que afirmó haber tenido contacto mental
con seres extraterrestres) habrían impulsado el controvertido Proyecto
Filadelfia. Incluso, más de un estudioso sostiene que el sistema de antenas del
programa HAARP en Alaska, es una consecuencia de las investigaciones del
científico Yugoslavo. En el pensamiento de la gente planea la idea de que todo
avance tecnológico o científico está desarrollado al progreso de la humanidad y
su avance hacia el futuro, pero la triste realidad, como lo demuestra la
historia, es que no siempre ese conocimiento está orientado hacia un bienestar
responsable. Hoy por hoy el primer laboratorio de experimentación de los nuevos
descubrimientos son lo hangares militares.
Probablemente, HAARP, sea un ejemplo de cómo un
conocimiento científico se puede orientar hacia otros intereses.
HAARP son las siglas de High Frequency Active
Auroral Research Program (Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta
Frecuencia), cuyas instalaciones están ubicadas en Gakona, Alaska.
Supuestamente, se trata de un programa de investigación científica y académica,
aunque paradójicamente está gestionado por la Fuerza Aérea y la Marina de
los EE.UU. El funcionamiento de HAARP se basa en la emisión de ondas
electromagnéticas hacia nuestra atmósfera para su estudio, concretamente hacia
la ionosfera, capa que se extiende a unos 80 kilómetros de la superficie
terrestre hasta los 800 km, conteniendo principalmente partículas ionizadas.
Este medio ionizado, tal como investigara Tesla en su tiempo, provoca que las
ondas electromagnéticas sean reflejadas o absorbidas.
Estos “reflejos” o
rebotes ionos éricos han sido utilizados para las comunicaciones a gran
distancia, como las emisoras de onda corta, y algunos estudiosos piensan
que a través de esta guía de ondas se pueden “transmitir” otras cosas, y
alterar a través de ello el clima. Y de eso se trata la teoría de conspiración
de HAARP: el programa en realidad es un experimento para provocar
“artificialmente” tormentas, huracanes, tsunamis y cualquier otra
calamidad. Y HAARP, hay que decirlo, no es el primer emprendimiento
militar para “estudiar” la ionosfera.
Entre los proyectos que lo precedieron se halla el Project Starfish (1962) que
procuraba alterar las formas y la intensidad de los cinturones de Van Allen.
Más tarde le siguió el SPS: Solar Power Satellite Project (1968), proyecto por el
cual se quería generar una constelación de satélites geoestacionarios capaz de
interceptar la radiación solar y transmitirla en rayos concentrados de
microondas a la Tierra para su uso posterior. Luego aparecería el SPS Military Implications
(1978).
En este caso los satélites se podrían usar para concentrar la radiación
solar y ser usada como un rayo capaz de destruir misiles u objetos enemigos,
alterar las comunicaciones que utilizarán la ionosfera como pantalla
reflectora, etc.
En nuestra experiencia de contacto extraterrestre,
los Guías o Hermanos Mayores nos advertían del peligro de usar el conocimiento
de forma destructiva. De acuerdo a ellos, en el Universo existen leyes
superiores que rigen la vida de las criaturas, donde cada acción atrae, como un
imán, una situación similar a nuestros pasos, una especie de correspondencia
energética donde "lo semejante atrae la semejante". Afirman que desde
nuestros experimentos atómicos, a las actuales iniciativas en los grandes
aceleradores de partículas, no siempre se está orientando el estudio científico
al progreso de la humanidad. Ellos lo saben ya que en su proceso de
evolución enfrentaron crisis de todo tipo, incluyendo el uso bélico de
poderosas tecnologías. Afortunadamente, también sabemos que dentro de sus
limitaciones de intervención en el aprendizaje humano, han logrado
“infiltrarse” entre nosotros para procurar evitar cualquier desenlace nefasto
por el mal uso de ese conocimiento. Obviamente, ello no nos libera de todas las
situaciones, pues finalmente debe ser el ser humano quien tome conciencia de
todo esto.
Hablar de contacto extraterrestre, HAARP y
conocimientos científicos aplicados a nivel militar, evoca algún episodio de la
serie “X Files”, o nos trae a la memoria la existencia de la mítica Área 51 o
el polémico incidente Roswell (1947). En el imaginario colectivo todo esto es
parte de una película de Ciencia Ficción. No es real. A lo mucho, una ingeniosa
tomadura de pelo. Y de hecho así han querido que lo tomemos: la mejor forma de
ocultar información no es tapándola, sino mezclar información genuina con otra fraudulenta para generar
confusión y posteriormente descrédito. Sin ir muy lejos, en internet
vemos un sinfín de páginas que hablan de estos temas, desde todas las
perspectivas. Y mientras el navegante se entretiene leyendo en su computadora
estas supuestas historias de conspiraciones y tecnología secreta, de si será
verdad, si será mentira, los verdaderos acontecimientos ocurren tras las
bambalinas mientras se lee estas líneas…
De la Ciencia a la Iluminación
Para los extraterrestres, el conocimiento
científico es una forma de iluminarse. Tan válida como la experiencia
espiritual de una madre al tener un hijo, o cuando una persona sobrevive a un
accidente y cambia radicalmente su visión de la vida. Un descubrimiento
científico puede producir también una expansión de consciencia, afectando
profundamente a la criatura en su comprensión de sí misma y, por consecuencia,
del Universo. O si queremos, también al revés: comprensión del Universo, y por
ende de nuestra propia existencia. Y ese parece ser el mensaje de la Mecánica
Cuántica.
En al año 2004 apareció un documental de gran
éxito, llamado “What
The bleep Do We Know…”.
En él se combinaba una
serie de conocimientos vinculados a la Física Subatómica y el mundo espiritual.
Y aunque más de un científico criticó el film por su clara tendencia new Age, acomodando ciertas revelaciones del universo de las
partículas para sustentar fenómenos espirituales, también hay que decir que el
esfuerzo por “reunir” ambos mundos, el científico y el espiritual desde una
Visión Unificada, es más que valido y esperanzador.
El documental procuró ello, y acercó (y quizá no de
la mejor forma, en eso estamos de acuerdo) la Mecánica Cuántica
"mística" a las masas, despertando una curiosidad ante un tema que,
desde hace más de 80 años, ya se venía discutiendo en los círculos científicos.
De lo que no hay duda, es que los “conceptos” que esgrime la Mecánica Cuántica
parecen hallarse “esotéricamente explicados” en culturas antiguas, desde la
India a Egipto, e inclusive, algunas enseñanzas de Jesús en la Biblia. Esto,
como es de suponer, desquicia a más de un físico. Pero también maravilla a
otros.
La idea es que estos temas, en un pasado remoto en
la historia de la Humanidad, se trataban desde otra perspectiva, sin
“separarlos”, complementando sus aportes y desarrollando así un conocimiento
unificado, una poderosa herramienta que, de acuerdo a los extraterrestres,
disparará al ser humano hacia otros horizontes de comprensión. Pero para dar
ese salto hay que prepararse.
Mencioné la existencia de los Xendras en la primera
parte de este artículo por una razón.
Hoy más que nunca estoy convencido que las experiencias
de puertas dimensionales no son sólo hechos anecdóticos o fenoménicos para
acceder a “otro lugar” o recibir información.
Aquellos umbrales en el espacio tiempo serían más
que un puente. Esconderían una importante preparación para la activación de un
conocimiento oculto en nosotros mismos que puede ser revelado.
Ello no sólo
ocurriría a través de las puertas dimensionales generadas a través del estímulo
extraterrestre. También sucede con las “Puertas de la Tierra”, y otras
“singularidades” que atesora nuestro planeta y que más de una cultura conoció
como verdaderos centros iniciáticos, como si los antiguos Maestros hubiesen
sido una suerte de experimentadores cuánticos espirituales.
Todo ello está conectado al gran salto evolutivo
que dará nuestro mundo en un futuro próximo. Por su importancia, es momento de
adentrarnos en el misterio y mensaje de aquellos “pasos en el tiempo”…
¿Qué son los Xendras?
Los avances actuales de la física parecen
corroborar lo que diversos grupos de contacto han venido afirmando por décadas:
la existencia de puertas dimensionales que conectan con otra “realidad”.
En 1974, un grupo de jóvenes peruanos afirmaron
haber cruzado uno de esos extraños umbrales, un portal generado por
inteligencias extraterrestres que se mueve más allá del tiempo y el
espacio. Los seres del cosmos, como dije antes, le llaman “Xendras”, un
puente de luz que podría llevarnos a diversos lugares. Desde luego, suena
descabellado. Hablar de “puertas” generadas por seres de otros mundos parece
una locura. Pero no lo fue para un grupo de testigos peruanos que enfrentaron
ese fenómeno en enero de 1974.
Oxalc, la entidad que contactó con los primeros
testigos, y que dio el primer pincelazo de cómo funciona un Xendra, se presentó
inclusive al interior de esos umbrales luego de una cita “programada” en el
desierto de Chilca, un paraje desolado a 60 Km. al sur de la ciudad de Lima.
Era el inicio del Grupo Rama, movimiento de contacto que se hizo popular a
escala internacional gracias a los primeros libros del periodista español J.J.
Benítez, y posteriormente debido a la importante difusión que ha venido
llevando a cabo uno de los principales protagonistas de esa aventura, Sixto Paz
Wells.
Arriba: Xendra
fotografiado por Ricardo González en Alto Bandera, República Dominicana (2006).
En el pequeño recuadro una recreación de las
experiencias de contacto que se producen dentro de esos umbrales
extraterrestres.
Desde entonces, muchas personas han podido
vivir las mismas experiencias, aunque la naturaleza de las mismas no siempre
fue igual. Es como si las puertas fueran “distintas”, o se comportaran, como si
tuviesen inteligencia propia, de acuerdo al plan de contacto de estos seres;
amén de las personas que, de acuerdo a su preparación, enfrentan el paso a
través del umbral con diferentes resultados. Pero, ¿qué es realmente un Xendra?
¿Cómo funciona? ¿Por qué eligieron esta forma de contacto en un principio?
Más allá de la discusión que pueda generar la
realidad de estos fenómenos -que personalmente no pongo en duda por experiencia
propia-, entraremos de lleno en el enigma de esas puertas y por qué razón los
extraterrestres la habrían elegido como “adiestramiento” para conocerlos.
Inicialmente,
los extraterrestres, o “Guías”, como les llamamos, hablaban de cuatro tipos de
Xendras. Estos eran:
Xendra
I
XendraII
Xendra Gimbra I
Xendra Gimbra II
Los dos primeros son de naturaleza más intensa en
lo que involucra el “traslado” o “proyección” del testigo a otro lugar,
pudiendo incluso desarrollarse tele-transportaciones físicas. En el caso del
Xendra I, la experiencia se concentra para un testigo. En el caso del Xendra
II, la experiencia puede ser vivida en grupo, hasta siete personas. Los
Xendras Gimbra guardan una correspondencia similar, pero casi siempre son
colectivos, grupales, y el tipo de energía es más sutil. En estos portales no
se llegan a vivir experiencias materiales, físicas y concretas, pero sí se
produce un gran movimiento de energías que afecta al testigo de forma
importante, además del intercambio de información que pueda darse al interior
del portal. Estos Xendras son más difíciles de percibir por su naturaleza
sutil, pero cumplen su función como despertadores de la conciencia y,
principalmente, como “centros de preparación”. En las salidas de contacto son los
más comunes de experimentar.
Es tremendamente complicado intentar explicar la
mecánica de los “traslados” en un Xendra, tanto los que son de naturaleza
“física” como los que se dan “en proyección”. Lo cierto es que ambos apuntan a
distintas cosas. Generan reacciones diferentes en el testigo.
Por ejemplo, el Xendra I involucra casi siempre un
contacto concreto, con interacción con aquellos seres y más de una vez en un
escenario vinculado a la procedencia de los extraterrestres, como el interior
de sus naves, bases submarinas o subterráneas e, inclusive, sus instalaciones
fuera de la Tierra.
Por otra parte, el Xendra Gimbra tiene una
consecuencia más “espiritual” en el testigo, pues generalmente involucra
intensas visiones, diálogos, ideas e imágenes que se dan en un contexto en que
no necesariamente se concreta un “traslado”. He visto, por ejemplo, a grupos
ingresar dentro de un Xendra Gimbra y permanecer en él unos minutos sólo para
sentir su energía y meditar en medio de ese campo de fuerza. En muchos casos en
ello consistía la experiencia. Y puedo asegurar que no era poca cosa. Además,
en otras experiencias algunos testigos experimentaban proyecciones “astrales”
(desdoblamiento en cuerpo sutil o de luz) o el fenómeno de la bis locación
(estar en dos lugares al mismo tiempo). Como fuere, parece claro que los
Xendras I y II están destinados más que todo al contacto e intercambio, y los
Gimbra a otro tipo de acercamiento que, si bien es cierto, no es tan “físico”,
genera muchas cosas a escala espiritual y de consciencia. La pregunta es por
qué los diseñaron así.
Puertas para
los tiempos que vienen
De acuerdo a la visión extraterrestre, nuestro
planeta se halla en tránsito a una dimensión superior de conciencia. Este
“paso” no sólo involucra un estado “cualitativo” en los futuros seres humanos,
sino el acceso concreto a otra realidad por la cual toda la Tierra será
involucrada. Ellos hablan de la unión de nuestro tiempo con el del Universo en
su naturaleza original. Es decir, que la Tierra se hallaría viviendo en una
suerte de realidad paralela como parte de un Plan Superior, designio que hace
de nuestro mundo una especie de “escenario escuela” que hoy entra en su etapa
de madurez para reintegrase a la dinámica real del Cosmos, con todo lo que ello
significa. Diversas escuelas esotéricas hablan del salto a la Cuarta Dimensión,
que en Física corresponde precisamente al tiempo. Quizá he allí una explicación
para ese “salto”, aunque aún no concluyente para el mundo científico.
Es sólo, de momento, una teoría alucinante. Al
margen de ello, hay que decir que no pocos investigadores que siguen el legado
de las profecías mayas, lo que enfrentaríamos sería un “Giro del Tiempo”, algo
así como la unión de nuestro “tiempo” con el que rige armónicamente a toda la
creación. Un acontecimiento gravitante que va más allá de los calendarios y
sistemas de medición de las antiguas culturas.
Hablamos de evento cósmico que estaría precedido
por varios ajustes en el planeta que podrían involucrar transiciones intensas
para la humanidad, desde los recientes cambios climáticos, crisis políticas y
económicas, a enfrentamientos de naciones enteras con la sombra de la guerra
planeando en cada escenario como hoy ocurre en Oriente Medio.
Supuestamente, son los “síntomas” de que algo
viene, de que un cambio importante está por ocurrir.
Ese cambio involucra el paso de la Tierra –siempre
según el contacto extraterrestre, y de acuerdo a algunas interpretaciones, a
las profecías mayas- hacia otra realidad que actualmente se halla “paralela” a
la nuestra. Una realidad de la cual proceden estos seres, que también son
físicos y concretos y que se mueven en el espacio en naves cósmicas, pero
vibrando en otra frecuencia, fluyendo en otro estado. Aparentemente, hacia
allí nos dirigimos. Pero, ¿cuándo ocurrirá? Nadie lo sabe con certeza, pero
muchos coinciden en que el año 2012 podría ser el punto de inicio para
comprender la siguiente etapa que enfrentaría la humanidad. Sea como sea, falta
poco para verlo.
Los Xendras, más allá de tratarse de un mecanismo
de contacto, podrían atesorar propósitos más profundos de adiestramiento para
ir “conociendo” esa otra realidad que nos aguarda. E independientemente de que
esos portales no hayan sido cruzados y vividos por todos, el testimonio de
quienes lo hicieron, la información recibida, las sensaciones y todo lo que
involucra tremendas experiencias, podrían ser importantes para aquellos que han
de recibir su mensaje. Desde luego, no es nada concluyente y quedan aún varias
preguntas abiertas, pero es una fuerte sensación que tengo luego de haber
vivido aquellos pasos dimensionales.
Y no sólo ocurre con los Xendras
Es importante mencionar la existencia de puertas
que, naturalmente, se hallan en la Tierra.
Sin duda, muchas culturas las conocieron, y sobre
ellas edificaron templos, pirámides y obeliscos. En ellas se producían
importantes iniciaciones. Eran un puente al Cielo. Un oráculo sobrenatural, y
también un secreto… Pero lo cierto es que aún hoy en día se puede sentir la
magia de esos lugares, si los sabemos reconocer, o activar. Incluso en bosques,
montañas o desiertos, se pueden hallar aquellas puertas, que aguardan silentes
como si tuviesen vida propia el arribo de un peregrino que ve más allá de los
ojos físicos.
Los Exones
Los Xendras son generalmente visibles,
particularmente los de tipo I y II. Suelen ser como medias lunas brillantes, a
veces blanquecinas y otras ocasiones doradas. Eventualmente arrojan “chispas”
alrededor, y la sensación que producen en la persona al entrar en su campo de
energía es bien marcada, como una fuerte presión en la cabeza, mareos y
náuseas.
No sólo ocurre por la intensidad de la energía allí
concentrada, también juega en ello la preparación del testigo. No en vano
muchas veces los extraterrestres recomendaron ayuno y prácticas de meditación
para estar más afines y conectados a esa experiencia.
Los Gimbra también se pueden observar físicamente,
aunque suelen ser más borrosos y, muchas veces, sólo se sienten. Pero ello no
quiere decir que no sean intensos e importantes.
Depende mucho de la sensibilidad del testigo y,
obviamente, de su objetividad para discernir exactamente qué está viviendo.
Este último punto no se debe dejar de lado. Y aquí debo decir -con el mayor
espíritu de análisis y responsabilidad- que personalmente he visto a grupos de
personas viviendo pseudos Xendras por una marcada ausencia de comprensión de la
situación en terreno, quizá por el deseo vehemente de vivir una experiencia o
fenómeno. Como fuere, para no caer en estas cosas hay que tener en cuenta que
casi siempre los Xendras son anunciados en comunicaciones por los
extraterrestres, y usualmente las puertas son precedidas por avistamientos u
otras aproximaciones que no dejan duda de que estos seres están tras la
generación de la experiencia. Ante estos fenómenos, más allá de su naturaleza
“mágica” que cuestiona todo lo que sabemos, se debe procurar una postura
equilibrada.
Y los Xendras, como decía, no son las únicas
“puertas”.
Donde las líneas de fuerza de la Tierra se juntan,
formando una especie de intersección o “nudo”, si queremos expresarlo así, se
generan puertas de energía naturales, que pueden ser controladas para
transformarlas en pasos u umbrales. La denominada Hermandad Blanca, conocida
también como los Guardianes del Mundo Subterráneo –descendientes de
civilizaciones perdidas como la legendaria Atlántida- son los vigilantes de
estos puntos de acceso interdimensional, llamados por ellos “Exones”.
Al igual que los Xendras, los Exones se balancean
entre experiencias físicas y espirituales, pero todas ellas con un poderoso
ingrediente esotérico e iniciático, propio del modus operandi de
la Jerarquía intraterrena.
Los Exones pueden hallarse en estado de “sueño”, y
sólo se activan cuando el caminante predestinado llega a ellos, como si la
puerta lo “escogiera”; o, en todo caso, en una experiencia programada y guiada
por la mística Hermandad Blanca.
Por ejemplo, la experiencia que compartí en el
Informe “Los Ojos de
Shambala” y en mi libro "Intraterrestres", corresponde a una de esas “Puertas de la
Tierra” que son controladas por los Maestros.
Y debo decir que la variedad de accesos, umbrales y
experiencias, van más allá de los Xendras y los Exones. Años atrás, grupos de
contacto de Chile estuvieron trabajando con centros de poder que denominaron
“Puertas Fractales”, que aunque recuerdan el concepto general de un Exón, posee
su propio mecanismo de acción y enseñanza. Tampoco puedo olvidar las puertas
más importantes de todo lo que podamos abarcar: las que abre el propio ser humano.
En cualquier lugar. Bajo cualquier circunstancia. Y no me refiero a puertas
generadas por tecnología, como vimos anteriormente con el caso del polémico
experimento Filadelfia, o recientemente con la posible intención oculta de
abrir pliegues en el espacio-tiempo con el Gran Acelerador de Hadrones. Hablo
de “abrir” puertas gracias a las potencialidades del ser humano, una capacidad
inherente que puede ser desarrollada y que escondería una importante misión y
destino.
¿La
ciencia moderna y el mundo espiritual se pueden conciliar?
Qué es Energía
Es complicado encontrar una definición “universal”
a un término que es empleado, frecuentemente, en el mundo científico y en el
espiritual. No obstante, la mayoría de los estudiosos está de acuerdo en que
“energía” es sinónimo de “fuerza”, o la “capacidad para hacer algo”. Por
ejemplo, para que el Gran Acelerador de Hadrones dispare a velocidades cercanas
a las de la luz los protones para su colisión, los físicos requerirán de una
gran cantidad de “energía”. Para alumbrar una ciudad, como sabemos, hará falta
un gran generador de energía, que en este caso denominaríamos energía
eléctrica. Es decir, la energía es una fuente de poder, el “alma del Universo”.
Y en nuestro plano, hay muchas formas de entenderla y manipularla, sea ésta
eléctrica, magnética, o atómica. ¿Pero, qué ocurre en nosotros mismos? Nuestro
cuerpo, al igual que la materia, está compuesto por átomos, y más allá de ello,
hallamos un gran espacio “vacío” que está inundado de energía.
Una fuerza que incluso se emana fuera de nosotros
mismos como un campo de fuerza, vivo, concreto y medible. Este campo es
conocido por muchos investigadores como el Aura, un cuerpo Bío-plasmático que
rodea a los seres vivos y que incluso puede ser fotografiado gracias a la
famosa cámara Kirlian.
Existen, pues, diversos indicios que señalan al hombre como un ser más
complejo, no sólo de carne y hueso, y aparentemente “construido por líneas de
fuerza”. Esta visión del hombre afirma que un desequilibrio en nuestra energía
podría llevarnos a la materialización de una enfermedad. Supuestamente, ello no
sólo ocurre por cómo vivimos, o cómo y qué comemos, sino también por cómo
pensamos, o con qué energías o fuerzas, por decirlo de algún modo, nos
relacionamos. La responsable de casi todas estas cosas sería la polarización y equilibrio
de esa fuente de poder que llamamos energía, sea ésta emanada de nuestros
cuerpos o la que empleamos en la Tierra para estudios científicos.
Como era de esperarse, esta visión “espiritual” u
“holística” de la energía en el ser humano fue discutida por la medicina
occidental, al menos hasta que las enseñanzas orientales cruzaron el océano y
aportaron una visión más completa sobre nuestro organismo. Y aunque aún existe
cierta resistencia por parte de la comunidad médica, muchos doctores comprendieron
que la clave para entender nuestro maravilloso cuerpo biológico, se halla en la
energía y su correcta alineación.
Hoy en día se dispone de muchas técnicas
espirituales y terapias alternativas para equilibrar y fortalecer nuestro campo
energético y relacionarnos mejor con ese mundo mágico que se muestra invisible
para el “no iniciado”.
La mecánica cuántica parece aproximarse a ese
misterio y no pocos médicos la han asociado a sus terapias. Y es que el
universo de las partículas subatómicas parece llevarnos a una comprensión
diferente de nosotros mismos. Un ser humano más complejo y quizá más simple de
lo que nos imaginábamos.
Pero, si somos fundamentalmente energía, ¿cómo
fortalecerla? ¿Es posible proyectarla a otras personas? ¿Es posible canalizar o
recibir energía de otras fuentes?
Partiendo del principio de que todo en el Universo
es en esencia energía, desde las estrellas, los planetas, y desde luego, las
criaturas, debería existir un nexo que agrupara a todo el Universo desde
dentro, una suerte de enlace invisible, pero poderoso, que atesorara el
misterio de la vida y su proyección en este plano. Un campo unificado que no
distinguiera a una hormiga de una montaña, a una persona de una
galaxia. De acuerdo a la visión extraterrestre, uno de los mayores problemas
del ser humano es vivir “sintiéndose” desconectado del Universo. Esa sensación,
o miedo, o certeza personal por criterios errados, termina separando al
individuo de un flujo poderoso que si bien es cierto se halla intrínseco en él,
“desaparece” por el simple hecho de ser ignorado. Lo que dicen los seres de las
estrellas es que el tomar conciencia de nuestra integración con el “todo”
restablece, o mejor dicho, “activa”, una relación viva con el Cosmos,
transformándonos en seres más completos y conscientes. Parece fácil, pero no lo
es. Ese primer paso, el de tomar conocimiento de quiénes realmente somos y cómo
nos hallamos relacionados con el Universo -que somos parte de él- requiere no
sólo de una decisión, sino de disciplina para vivir acorde a tan importante
revelación.
Internamente, sostiene esta enseñanza, ya nos
hallamos conectados con el Cosmos. Pero podemos restablecer esa comunicación
canalizando fuentes de poder que encierran el secreto mismo de la Creación. Una
de ellas, por ejemplo, es la Tierra. Su energía se puede absorber y sentir
abrazando un árbol o caminando con los pies descalzos a orillas de una playa.
El Sol, nuestra estrella, nos puede enlazar con el Universo si nos
predisponemos a canalizar su energía más allá de lo que significan sus rayos
convencionalmente hablando.
Una meditación contemplativa, observando al Sol
como hacían los pueblos antiguos, en el amanecer o el atardecer (en esos
momentos no lastima la vista) puede activar esa conexión con lo sagrado, con
los orígenes, y por ende con nuestras capacidades ocultas.
En nuestro plano, el ser humano interactúa con
redes de poder o de energía que afectan su desarrollo en el planeta y con las
criaturas. Todo a nuestro alrededor ejerce una influencia y nos afecta. Esa
fuente de energía nos podría permitir fluir para la realización de grandes
tareas, o ser tan sólo pequeños barcos de papel arrastrados por la corriente de
ese río de ignoradas posibilidades.
Para dar
una idea, he aquí las tres redes principales de poder:
1. Red Terrestre. Involucra la energía telúrica, la
fuerza del planeta y su poderoso campo energético. Allí, donde se unen sus
líneas de fuerza, formando nodos o vórtex, los antiguos erigieron altares,
obeliscos, templos y pirámides. Conocían de su poder. Muchos de estos lugares
aún se encuentran ocultos de la mirada del hombre.
2. Red Cósmica. Señala la fuerza que emanan las estrellas, más allá
de su radiación de luz. Hablamos de un tipo de energía sutil, “invisible”, pero
poderosa, que puede ser recibida y canalizada en estados de meditación,
hallándonos en la frecuencia correcta. Al parecer, ciertos grupos estelares
transmiten una energía o influencia particular, un secreto que conocían las
antiguas civilizaciones, y quizá la razón de por qué señalaron sus principales
construcciones a determinadas constelaciones.
3. Red Humana. También llamada “morfo genética”, sintetiza el aporte
psíquico de los seres humanos. Todos nosotros emitimos una vibración, una
longitud de onda que al sumarse con otros aportes constituyen una red de
influencia que en el mundo esotérico se conoce con el nombre de “egregor” o
“cuerpo místico”, aunque la definición de Red Humana va más allá, estando más
cerca del concepto de “masa crítica” o de “consciencia global humana”, como lo
estudia actualmente la Universidad de Princeton en New Jersey.
Adicionalmente a estas tres redes principales, en
nuestro planeta existen “espejos de energía”, que son herramientas de poder que
pueden amplificar o conducir el flujo de estas redes hacia determinados
propósitos. Por ejemplo, la existencia de los Discos Solares de Poder (que
describí en el artículo sobre los discos solares), que protegen y custodian los
Maestros de la Hermandad Blanca entran en este tipo de “red alterna”.
Al tomar conciencia de estas redes de energía, y
comprender la forma de conectarse e interactuar con ellas, podríamos hacer
cosas increíbles como afectar el entorno social, alterar el clima, e incluso
generar fenómenos como la apertura de puertas dimensionales.
Todo ello se puede hacer con un solo instrumento,
con una sola gran máquina que debe estar a servicio y disposición del planeta:
la mente humana.
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