Hablamos del secreto del oro o de la inmortalidad,
pero lo realmente importante es el camino y no el destino. Después de un tiempo
te das cuenta que la inmortalidad no merece la pena pasarla solo pues venimos a
este mundo para compartir la experiencia con todo aquel que nos rodea y el tema
del oro (aunque es posible hacerlo) no es lo que debe motivar tu vida lo más
mínimo, pues cuando llegas a entender toda la lección es algo menor.
Los tiempos que corren son ideales para aprender la
lección final de la alquimia que no es más que aprender la forma correcta de
vivir y poder llegar a ser un “buen o mal” ejemplo para los demás.
En la catedral de Estrasburgo se encuentra un
cuadro que representa la letra “Y”. La figura primitiva, abajo a la izquierda,
representa nuestra alma inmortal y perenne, dos hombres a la derecha ilustran
los caminos que se habrán de tomar, el de la derecha el difícil camino de la
perfección; el de la izquierda, el camino fácil de la vida superflua.
Los tres representan al ser humano: el yo profundo,
lo que somos y lo que seremos, lo que pudimos ser y lo que no fuimos. En la
antigüedad el hombre era comparado a la piedra, pues del mineral evolucionamos
hacia Dios, pasando por lo vegetal, lo animal y lo humano. Así pues, los tres
hombres de la imagen representan las tres piedras: el camino de la izquierda es
el de la piedra en bruto, el de la derecha, la piedra en bruto tallada.
Finalmente, el salvaje de la izquierda significa la Piedra Filosofal, el alma
que prevalece a los ciclos de las reencarnaciones.
En el diccionario de la francmasonería se explica
que “Para los musulmanes representa el décimo nombre de Dios (Yasin) que
significa “jefe”. Esta letra era denominada “de Pitágoras o del árbol de
Samos”, por utilizarla éste para simbolizar la senda de los hombres:
“Los hombres siguen al principio la misma senda,
hasta que al llegar a un lugar que se divide en dos; unos toman a la derecha,
áspera y escarpada, que los conduce a la virtud y la sabiduría
(Sol/oro/Dios/consciencia incorruptible); mientras que otros toman el de la izquierda,
llano y sembrado de flores, pero que los conduce al abismo de los vicios
(Plomo/Saturno/Satanás)
En la instrucción masónica, la encrucijada que
separa la vía de la iniciación de la vía profana está representada por la Y.
Hay un rito budú, “la revelación de las
serpientes”, que a pesar de carecer de su contenido original y de su gran dosis
de efectismo añadido, pertenecen a la antigua sabiduría perdida en el marasmo
de la desmemoria y la superstición.
La dobre lengua de la serpiente, la letra Y, es el
sonido de nuestra arquitectura interna, la palabra perdida, la piedra musical,
la voz interior. El hombre que somos a la izquierda, el hombre que debió ser a
la derecha; la línea es la divinidad.
He creído apropiado y dados los hechos actuales,
creo que es la mejor lección que muchos pueden aprender. Las leyes terrenales
las impone el hombre, pero no son nada ante las leyes de la creación, leyes
universales que nos afectan a todos y dictarán que tipo de personas fuimos,
somos y seremos.
Así seremos un buen o mal ejemplo para todo lo demás y si
eliges correctamente acabarás siendo un faro en la vida de muchos y el mundo
cambiará en un tiempo, podrás ver el mundo a través de los ojos de Dios
(Creación) y el verá a través de los tuyos.
Hijos del Sol, despertar esa consciencia que os
conducirá a la libertad real.
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