Una investigación realizada en
cavernas siberianas por especialistas de la Academia Rusa de Ciencias, la
Universidad de Oxford en el Reino Unido, y otras instituciones sugiere que un
aumento de 1,5 grados centígrados en la temperatura global podría provocar el
deshielo definitivo del permafrost de una gran área de Siberia, lo cual podría
liberar el carbono retenido durante miles de años en esos suelos y causar
diversos daños. Podría liberar a la atmósfera más de 1.000 giga toneladas de
dióxido de carbono y de metano.
Una investigación realizada
en cavernas siberianas por especialistas de la Academia Rusa de Ciencias, la
Universidad de Oxford en el Reino Unido, y otras instituciones sugiere que un aumento
de 1,5 grados centígrados en la temperatura global podría provocar el deshielo
definitivo del permafrost (masa congelada permanentemente en el subsuelo
cercano a la superficie y compuesta por hielo mezclado con otras materias) de
una gran área de Siberia, lo cual podría liberar el carbono retenido durante
miles de años en esos suelos y causar diversos daños.
Esa fusión del permafrost en
Siberia a la postre podría liberar a la atmósfera más de 1.000 giga toneladas
de dióxido de carbono y de metano. (Una giga tonelada equivale a mil millones
de toneladas). La liberación de tamaña cantidad de esos dos gases con efecto
invernadero podría acentuar de manera significativa el calentamiento global.
El permafrost (denominado también
permahielo) es, a grandes rasgos, una capa subterránea de tierra o roca con
hielo y materia orgánica atrapada que, estando lo bastante resguardada de los
rayos del Sol, puede en su mayor parte permanecer congelada de manera
ininterrumpida durante miles o incluso millones de años.
Los datos obtenidos en esta nueva
investigación provienen del análisis cuidadoso de estalactitas y estalagmitas
de cuevas situadas a lo largo de la “frontera del permafrost”, donde el suelo
comienza a estar permanentemente helado en una capa de entre decenas y cientos
de metros de espesor. Como las estalactitas y las estalagmitas crecen solamente
cuando el agua de lluvia líquida y la nieve derretida gotean dentro de las
cuevas, estas formaciones sirven de “caja negra” para consultar cuánto tiempo
ha transcurrido desde la última vez que el terreno experimentó un derretimiento
significativo.
Vista de la zona de Siberia
Los registros de un período
particularmente cálido que se produjo hace unos 400.000 años sugieren que un
calentamiento global de 1,5 grados centígrados (con respecto al clima moderno
preindustrial) es suficiente para causar un deshielo considerable del
permafrost mucho más al norte de su límite sur actual.
Como el permafrost reside bajo
aproximadamente el 24 por ciento de la superficie terrestre del hemisferio
norte, un deshielo significativo podría afectar a amplias zonas y liberar giga
toneladas de carbono. Esto tendría graves repercusiones para los ecosistemas de
la región, y para el entorno humano, tal como advierte Anton Vaks, del equipo de
investigación. Por ejemplo, instalaciones de gas natural, líneas eléctricas,
carreteras, vías de tren y edificios de esta región están construidas en
terrenos que reposan sobre el permafrost y por tanto son vulnerables al
deshielo. Una fusión de permafrost de esa envergadura deformaría los suelos
sobre los que se cimentan muchas estructuras de esas clases, dañándolas.
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