miércoles, 1 de mayo de 2013

PREPARACIÓN PARA EL CONTACTO 1



Al margen de la realidad del contacto y su mensaje de alternativa, muchas veces el comportamiento del testigo puede poner en jaque la importancia de sus afirmaciones.

Nos hallamos ante un tema más que resbaladizo, en donde la duda, las críticas desmesuradas y opiniones peregrinas se deslizan permanentemente. Y es inevitable que ello siempre sea así, ya que nos hallamos ante un hecho controvertido, discutido y al mismo tiempo apasionante. Sin embargo, ello no debe permitir dejar de lado una visión constructiva y objetiva sobre todo el proceso que involucra estrechar lazos con inteligencias no humanas.

Por ello espero que este humilde aporte nos ayude a ser más responsables dentro del gran entramado que significa el mal llamado fenómeno ovni.

1. Ausencia de evidencias

Hablar de evidencias que respalden, o al menos, que otorguen el “beneficio de la duda” en torno a un testimonio de contacto extraterrestre, es muy difícil. Y no porque estas evidencias no existan, sino por el concepto que tenemos habitualmente de “evidencia”.

De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, Evidencia es “la certeza clara y manifiesta de la que no se puede dudar”.

Y me pregunto: ¿Existe algo así dentro del fenómeno ovni? Para más de uno sí, pero la mayoría de los científicos contestará un no a boca jarro.

Y no es de extrañarse, pues en ciencia aquello que no se puede repetir o estudiar detenidamente en el laboratorio no es considerado como una verdad fuera de discusión. Muchos investigadores han decidido reemplazar entonces el término “evidencia” por el de “indicio”, palabra que se entiende como un “fenómeno que permite conocer o inferir la existencia de otro no percibido”.

Al parecer, es una definición que se acerca más a la realidad del contactismo. Sin embargo, no todos los casos de contacto cuentan con un mínimo de posibles indicios o evidencias.

Y ello despierta dudas en quienes se acercan al testimonio.

Uno de los aspectos más importantes dentro del contacto es la presencia adicional de otros testigos - para muchos investigadores son más importantes que una filmación o una fotografía - pues ellos podrían corroborar la experiencia o aportar datos complementarios sobre el fenómeno que se vivió.

No obstante, la creciente aparición de testigos de contacto que no tienen testigos de sus experiencias o avistamientos, que no disponen de alguna fotografía, filmación o elemento adicional de apoyo, terminan convirtiendo su caso de contacto en un completo “acto de fe”.

Debo decir que no cuestiono la posibilidad de casos reales ausentes de todos estos elementos, pero cuando se procura proyectar al público un testimonio, solitario y aislado, sin el más mínimo indicio de su posible veracidad, los investigadores y el público en general - el más racional fundamentalmente - dudarán.

A mi entender, si un presunto testigo de contacto está manteniendo una experiencia con civilizaciones no humanas a través del tiempo, es importante que procure contar con algún elemento de corroboración, y no para convencer a los demás de su contacto, sino por sentido común y responsabilidad. Aunque los seres que nos contactan tienen sus especiales consideraciones sobre las “pruebas” que puedan hacer llegar sobre el contacto establecido, si la experiencia es real y positiva, debe confirmarse por sí misma más allá del testimonio aislado.

En la actualidad, algunos testigos que practican el “channeling” - en donde se “incorpora” a una presunta entidad extraterrestre que se comunica a través del individuo - basan la credibilidad de su contacto en la información.

Generalmente, se trata de un solo testigo que canaliza a la supuesta entidad no humana, y al ser todo etéreo o telepático, cualquier manifestación física que despeje dudas se halla al margen. Obviamente, esto no ocurre en todos los casos ni con todos los canalizadores. Pero hay una tendencia a creer que un testigo de contacto sin indicios de su experiencia pero con buena información es suficiente.

Como veremos en el segundo punto, aquello de la información también tiene sus traspiés.


2. Informaciones imprecisas y malas fuentes

Si una entidad superior, que se supone posee un nivel de consciencia algunos peldaños más arriba frente al ser humano, se “contradice” en sus mensajes, o estos son sólo repeticiones de otros recibidos, es probable de que nos encontremos ante uno de los males más comunes en el contactismo: los mentalismos.

Un mentalismo es una “interferencia” del canal o testigo en el posible mensaje extraterrestre. Es decir, es más un mensaje del individuo - o de su inconsciente - que del supuesto extraterrestre.

Recuerdo que una vez circuló una presunta comunicación de extraterrestres en Internet que anunciaba el masivo avistamiento de una nave para el 14 de octubre de 2008 - nunca ocurrió la aparición.

Más tarde, Bloossom Goodchild (arriba), la canalizadora australiana que difundió el mensaje, reconoció que todo había sido una mentira.

No obstante, otros grupos de canalizadores se vieron “influidos” por la carta de Goodchild y empezaron a recibir mensajes de sus “fuentes extraterrestres” que confirmaban la llegada de “Alabama”, la presunta nave alienígena. Estamos ante un asunto grave, pues de una pseudos comunicación se terminó aglutinando a otros canalizadores que cayeron mansos en el mismo error.

Y este escenario lo he visto repetirse en diversos grupos de contacto. El poder de la sugestión es tremendo.
Muchas veces, las informaciones recibidas por entidades superiores pasa por el “filtro” cultural del contactado. Ello podría darle ciertos tintes al mensaje sacándolo de contexto. Por ejemplo, si una persona creció en un ambiente cristiano, en un país donde la religión católica tiene mucho peso, no sería raro de que sus mensajes tengan términos que escuchó en su niñez en la Iglesia, o que éstos se refieran reiteradamente a Jesús.

Este tema lo veremos más adelante.

Las malas fuentes constituyen otro virus dentro del contactismo que involucra, también, a los mismísimos investigadores. Y lo peor de todo, es un virus casi inevitable por la gran cantidad de información que circula y que muchas veces oculta su dudosa procedencia.

Más de un testigo de contacto - y aquí me incluyo - ha decidido ir más allá de su experiencia e investigar todo lo que rodea el fenómeno de los ovnis. Estas informaciones complementarias ayudan a enmarcar la experiencia con los no identificados.

Pero, ¿qué sucede cuando se cita una información que está probada se trata de un fraude?

Más de un contactado - e investigador - defendió la famosa “autopsia de Roswell” como la evidencia definitiva de que los extraterrestres existían. A pesar de que desde un principio se sospechaba de un montaje, muchos defendieron a capa y espada la prueba, un film en blanco y negro presuntamente video grabado en una base militar secreta en Nuevo México.

Cuando Ray Santilli, el “descubridor” de esos perdidos rollos de 16mm de la US Air Force reconoció que la autopsia había sido un “muñeco”, la controversia no hizo más que levantarse.

Igual ocurre con algunas imágenes de los Crop Circles que muestran ovnis trazando las figuras y supuestamente, en realidad, esas filmaciones habrían sido creadas en programas 3D de computadora, timando a más de un estudioso de los ovnis.

Si bien es cierto existen campañas muy bien urdidas para desacreditar el fenómeno de los ovnis, también hay que reconocer que en más de una ocasión, por no ser preciso con las fuentes, profundo con la investigación, y objetivo con las posibles evidencias, uno peca de ligerezas. Ligerezas que terminan creando un marco de duda en torno al contactado o al investigador.

Personalmente, pienso que hay un expediente abierto con los Crop Circles - al margen de algunos fraudulentos - con el caso Roswell, las construcciones de Marte y otros enigmas, pero hay que mirar bajo lupa las cosas por separado y al mismo tiempo en su contexto.

Por ejemplo, hoy en día en que se habla de la profecía de 2012 he escuchado cada barbaridad que nunca dijeron los mayas y he visto como se termina confundiendo a la gente. Y he allí el punto: la credibilidad del contactado que cita desordenadamente estas informaciones. Lo preocupante es el marco de desinformación que él mismo podría crear.

Esto sucede por varias cosas: Por un lado, una investigación que no fue profunda, y por otro, tomar datos de aquí y de allá para engatusar al público.

Lo primero se enmienda siendo más riguroso. En el segundo caso, uno de los grandes males de la difusión.

3. Organizaciones sectarias

No hace falta que me explaye mucho en este punto. La formación se sectas en torno a un mensaje extraterrestre es un hecho común cuando se agrupan numerosas personas. Desde luego, el término “secta” suena muy fuerte, pero en su acepción literal se ajusta a la mayoría de organizaciones contactistas.

El significado de secta es “conjunto de seguidores de un parcialidad religiosa o ideológica”.

Si nos apegamos a la definición, ni siquiera la Iglesia Católica escapa. Pero todo es diferente cuando la secta en cuestión es considerada “peligrosa”, y ello puede darse así por diversos factores. Uno de ellos, son los líderes y la dependencia de sus seguidores.

Marshall “Bo” Applewhite, líder de la secta contactista “Heavens Gate”. Él y sus seguidores se suicidaron en California en 1997 esperando ser “llevados” a una nave extraterrestre oculta en la cola del cometa Hale-Bopp.

Cuando se crean grandes grupos humanos que siguen un ideal, objetivo o conjuntos de principios, la mayoría de las expectativas se centran, consiente o inconscientemente, en la cabeza de la agrupación. Al margen de que esta organización sea visible - pues hay cargos jerárquicos, grados o funciones - o invisible - supuestamente no hay estructura, pero existe sutilmente en la práctica - tarde o temprano ésta puede alejarse del mensaje y devenir en confusión.

Usualmente todo se centra en el líder y se genera un lazo de dependencia que podría llevarnos, en muchos casos, al siguiente punto que tocaremos a continuación - el “religioso”.

Aunque el líder argumente en su discurso que es uno más y que promueve el trabajo en equipo, lo que en realidad genera la dependencia no son sus palabras, sino la forma en que se conduce como cabeza de grupo. Hay buenos y malos liderazgos en todas las organizaciones humanas. Y todo aquel que procure mantener un grupo girando en torno a sí mismo está condenando a los miembros de la organización a que sean sus eternos “discípulos”.

También resulta complicada la interacción humana al interior de un grupo, más aún si es de contacto extraterrestre. Malos entendidos, cuestionamientos, divisiones, posturas, es propio de la experiencia humana en organizaciones, aunque más visible y hasta veces desagradable en grupos contactistas o espiritualistas.

Lo ideal es fomentar la ausencia de estructuras, sean estas visibles o “invisibles”, alentar la comunicación y el real trabajo en equipo de la mano de una visión autocrítica y responsable.

4. Contactismo religioso

Y esto es tan peligroso como lo anterior. Y quizá más.

Estoy convencido de la realidad de un mensaje espiritual, positivo, de alternativa y esperanza tras la cortina del fenómeno OVNI. Pero ello está muy lejos de posturas desmesuradamente místicas que mezclan el contacto extraterrestre con expectativas religiosas o actos de fe. Para ir al grano, he visto gente vestirse de blanco y “rezarle” a los extraterrestres.

He escuchado afirmar que Jesús es uno de “ellos” y que viaja en OVNI. También he visto gente pedir a los seres de las estrellas favores espirituales o protección, como si fuesen ángeles y no cosmonautas de otros mundos. Al margen de que estos seres puedan ejercer algún tipo de influencia positiva en torno a algunos testigos, y de la incuestionable importancia de grandes seres como Jesús, todo lo que cité anteriormente resulta demasiado.

Por otro lado, en las agrupaciones contactistas muchas veces el líder - generalmente el testigo original del contacto o el único canal - se transforma en un profeta, al que se le consulta cosas personales o se le pide consejo para todo lo imaginable. Por si esto fuera poco, la confusión llega a tal punto que el líder termina “apareciendo” en sueños a los miembros de la organización, y hasta se reciben mensajes espirituales de él.

Entonces se le empieza a considerar especial. Deja de ser un testigo. Estar con él es casi como estar con los seres del espacio.

De estos casos, hay muchos.

Cuando se pierde la objetividad, estas y otras cosas pueden suceder, afectando profundamente la credibilidad de una experiencia de contacto extraterrestre. El factor cultural y religioso previo de una persona influye también en todo esto. La recomendación es observar el contacto y vivirlo desde una perspectiva amplia que no esté condicionada por nuestro sistema de creencias o necesidades espirituales.

Un contacto real está más allá de todo eso. El “fenómeno ovni” escapa a nuestro marco cultural y religioso. 

Su mala interpretación podría generar nuevas doctrinas. No en vano - aunque esto suene controvertido - no pocos estudiosos argumentan que más de una religión se formó por una posible visita extraterrestre en el pasado al interpretarse equivocadamente la experiencia, que con el transcurrir del tiempo enterró el mensaje original.

Sin muy lejos, Asthar Sheran, una presunta entidad extraterrestre que contactó con Eugenio Siracusa en Italia en 1962, se convirtió en la actualidad en una suerte de “Maestro Ascendido”.

Hay que evitar estas confusiones.

.biblioteca pléyades.

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