Al margen de la realidad del
contacto y su mensaje de alternativa, muchas veces el comportamiento del
testigo puede poner en jaque la importancia de sus afirmaciones.
Nos hallamos ante un tema más que
resbaladizo, en donde la duda, las críticas desmesuradas y opiniones peregrinas
se deslizan permanentemente. Y es inevitable que ello siempre sea así, ya que
nos hallamos ante un hecho controvertido, discutido y al mismo tiempo
apasionante. Sin embargo, ello no debe permitir dejar de lado una visión
constructiva y objetiva sobre todo el proceso que involucra estrechar lazos con
inteligencias no humanas.
Por ello espero que este humilde
aporte nos ayude a ser más responsables dentro del gran entramado que significa
el mal llamado fenómeno ovni.
1. Ausencia de evidencias
Hablar de evidencias que
respalden, o al menos, que otorguen el “beneficio de la duda” en torno a un
testimonio de contacto extraterrestre, es muy difícil. Y no porque estas
evidencias no existan, sino por el concepto que tenemos habitualmente de
“evidencia”.
De acuerdo a la Real Academia de
la Lengua Española, Evidencia es “la certeza clara y manifiesta de la que no se
puede dudar”.
Y me pregunto: ¿Existe algo así
dentro del fenómeno ovni? Para más de uno sí, pero la mayoría de los
científicos contestará un no a boca jarro.
Y no es de extrañarse, pues en
ciencia aquello que no se puede repetir o estudiar detenidamente en el
laboratorio no es considerado como una verdad fuera de discusión. Muchos
investigadores han decidido reemplazar entonces el término “evidencia” por el
de “indicio”, palabra que se entiende como un “fenómeno que permite conocer o
inferir la existencia de otro no percibido”.
Al parecer, es una definición que
se acerca más a la realidad del contactismo. Sin embargo, no todos los casos de
contacto cuentan con un mínimo de posibles indicios o evidencias.
Y ello despierta dudas en quienes
se acercan al testimonio.
Uno de los aspectos más
importantes dentro del contacto es la presencia adicional de otros testigos -
para muchos investigadores son más importantes que una filmación o una
fotografía - pues ellos podrían corroborar la experiencia o aportar datos complementarios
sobre el fenómeno que se vivió.
No obstante, la creciente
aparición de testigos de contacto que no tienen testigos de sus experiencias o
avistamientos, que no disponen de alguna fotografía, filmación o elemento
adicional de apoyo, terminan convirtiendo su caso de contacto en un completo
“acto de fe”.
Debo decir que no cuestiono la
posibilidad de casos reales ausentes de todos estos elementos, pero cuando se
procura proyectar al público un testimonio, solitario y aislado, sin el más
mínimo indicio de su posible veracidad, los investigadores y el público en
general - el más racional fundamentalmente - dudarán.
A mi entender, si un presunto
testigo de contacto está manteniendo una experiencia con civilizaciones no
humanas a través del tiempo, es importante que procure contar con algún
elemento de corroboración, y no para convencer a los demás de su contacto, sino
por sentido común y responsabilidad. Aunque los seres que nos contactan tienen
sus especiales consideraciones sobre las “pruebas” que puedan hacer llegar
sobre el contacto establecido, si la experiencia es real y positiva, debe
confirmarse por sí misma más allá del testimonio aislado.
En la actualidad, algunos
testigos que practican el “channeling” - en donde se “incorpora” a una presunta
entidad extraterrestre que se comunica a través del individuo - basan la
credibilidad de su contacto en la información.
Generalmente, se trata de un solo
testigo que canaliza a la supuesta entidad no humana, y al ser todo etéreo o
telepático, cualquier manifestación física que despeje dudas se halla al
margen. Obviamente, esto no ocurre en todos los casos ni con todos los
canalizadores. Pero hay una tendencia a creer que un testigo de contacto sin
indicios de su experiencia pero con buena información es suficiente.
Como veremos en el segundo punto,
aquello de la información también tiene sus traspiés.
2. Informaciones imprecisas y
malas fuentes
Si una entidad superior, que se
supone posee un nivel de consciencia algunos peldaños más arriba frente al ser
humano, se “contradice” en sus mensajes, o estos son sólo repeticiones de otros
recibidos, es probable de que nos encontremos ante uno de los males más comunes
en el contactismo: los mentalismos.
Un mentalismo es una
“interferencia” del canal o testigo en el posible mensaje extraterrestre. Es
decir, es más un mensaje del individuo - o de su inconsciente - que del
supuesto extraterrestre.
Recuerdo que una vez circuló una
presunta comunicación de extraterrestres en Internet que anunciaba el masivo
avistamiento de una nave para el 14 de octubre de 2008 - nunca ocurrió la
aparición.
Más tarde, Bloossom Goodchild
(arriba), la canalizadora australiana que difundió el mensaje, reconoció que
todo había sido una mentira.
No obstante, otros grupos de
canalizadores se vieron “influidos” por la carta de Goodchild y empezaron a
recibir mensajes de sus “fuentes extraterrestres” que confirmaban la llegada de
“Alabama”, la presunta nave alienígena. Estamos ante un asunto grave, pues de
una pseudos comunicación se terminó aglutinando a otros canalizadores que
cayeron mansos en el mismo error.
Y este escenario lo he visto
repetirse en diversos grupos de contacto. El poder de la sugestión es tremendo.
Muchas veces, las informaciones recibidas
por entidades superiores pasa por el “filtro” cultural del contactado. Ello
podría darle ciertos tintes al mensaje sacándolo de contexto. Por ejemplo, si
una persona creció en un ambiente cristiano, en un país donde la religión
católica tiene mucho peso, no sería raro de que sus mensajes tengan términos
que escuchó en su niñez en la Iglesia, o que éstos se refieran reiteradamente a
Jesús.
Este tema lo veremos más
adelante.
Las malas fuentes constituyen
otro virus dentro del contactismo que involucra, también, a los mismísimos
investigadores. Y lo peor de todo, es un virus casi inevitable por la gran
cantidad de información que circula y que muchas veces oculta su dudosa
procedencia.
Más de un testigo de contacto - y
aquí me incluyo - ha decidido ir más allá de su experiencia e investigar todo
lo que rodea el fenómeno de los ovnis. Estas informaciones complementarias
ayudan a enmarcar la experiencia con los no identificados.
Pero, ¿qué sucede cuando se cita
una información que está probada se trata de un fraude?
Más de un contactado - e
investigador - defendió la famosa “autopsia de Roswell” como la evidencia
definitiva de que los extraterrestres existían. A pesar de que desde un
principio se sospechaba de un montaje, muchos defendieron a capa y espada la
prueba, un film en blanco y negro presuntamente video grabado en una base
militar secreta en Nuevo México.
Cuando Ray Santilli, el
“descubridor” de esos perdidos rollos de 16mm de la US Air Force reconoció que
la autopsia había sido un “muñeco”, la controversia no hizo más que levantarse.
Igual ocurre con algunas imágenes
de los Crop Circles que muestran ovnis trazando las figuras y supuestamente, en
realidad, esas filmaciones habrían sido creadas en programas 3D de computadora,
timando a más de un estudioso de los ovnis.
Si bien es cierto existen
campañas muy bien urdidas para desacreditar el fenómeno de los ovnis, también
hay que reconocer que en más de una ocasión, por no ser preciso con las
fuentes, profundo con la investigación, y objetivo con las posibles evidencias,
uno peca de ligerezas. Ligerezas que terminan creando un marco de duda en torno
al contactado o al investigador.
Personalmente, pienso que hay un
expediente abierto con los Crop Circles - al margen de algunos fraudulentos -
con el caso Roswell, las construcciones de Marte y otros enigmas, pero hay que
mirar bajo lupa las cosas por separado y al mismo tiempo en su contexto.
Por ejemplo, hoy en día en que se
habla de la profecía de 2012 he escuchado cada barbaridad que nunca dijeron los
mayas y he visto como se termina confundiendo a la gente. Y he allí el punto:
la credibilidad del contactado que cita desordenadamente estas informaciones.
Lo preocupante es el marco de desinformación que él mismo podría crear.
Esto sucede por varias cosas: Por
un lado, una investigación que no fue profunda, y por otro, tomar datos de aquí
y de allá para engatusar al público.
Lo primero se enmienda siendo más
riguroso. En el segundo caso, uno de los grandes males de la difusión.
3. Organizaciones sectarias
No hace falta que me explaye
mucho en este punto. La formación se sectas en torno a un mensaje
extraterrestre es un hecho común cuando se agrupan numerosas personas. Desde
luego, el término “secta” suena muy fuerte, pero en su acepción literal se
ajusta a la mayoría de organizaciones contactistas.
El significado de secta es
“conjunto de seguidores de un parcialidad religiosa o ideológica”.
Si nos apegamos a la definición,
ni siquiera la Iglesia Católica escapa. Pero todo es diferente cuando la secta
en cuestión es considerada “peligrosa”, y ello puede darse así por diversos
factores. Uno de ellos, son los líderes y la dependencia de sus seguidores.
Marshall “Bo” Applewhite, líder
de la secta contactista “Heavens Gate”. Él y sus seguidores se suicidaron en California
en 1997 esperando ser “llevados” a una nave extraterrestre oculta en la cola
del cometa Hale-Bopp.
Cuando se crean grandes grupos
humanos que siguen un ideal, objetivo o conjuntos de principios, la mayoría de
las expectativas se centran, consiente o inconscientemente, en la cabeza de la
agrupación. Al margen de que esta organización sea visible - pues hay cargos
jerárquicos, grados o funciones - o invisible - supuestamente no hay
estructura, pero existe sutilmente en la práctica - tarde o temprano ésta puede
alejarse del mensaje y devenir en confusión.
Usualmente todo se centra en el
líder y se genera un lazo de dependencia que podría llevarnos, en muchos casos,
al siguiente punto que tocaremos a continuación - el “religioso”.
Aunque el líder argumente en su
discurso que es uno más y que promueve el trabajo en equipo, lo que en realidad
genera la dependencia no son sus palabras, sino la forma en que se conduce como
cabeza de grupo. Hay buenos y malos liderazgos en todas las organizaciones
humanas. Y todo aquel que procure mantener un grupo girando en torno a sí mismo
está condenando a los miembros de la organización a que sean sus eternos
“discípulos”.
También resulta complicada la
interacción humana al interior de un grupo, más aún si es de contacto
extraterrestre. Malos entendidos, cuestionamientos, divisiones, posturas, es
propio de la experiencia humana en organizaciones, aunque más visible y hasta
veces desagradable en grupos contactistas o espiritualistas.
Lo ideal es fomentar la ausencia
de estructuras, sean estas visibles o “invisibles”, alentar la comunicación y
el real trabajo en equipo de la mano de una visión autocrítica y responsable.
4. Contactismo religioso
Y esto es tan peligroso como lo
anterior. Y quizá más.
Estoy convencido de la realidad
de un mensaje espiritual, positivo, de alternativa y esperanza tras la cortina
del fenómeno OVNI. Pero ello está muy lejos de posturas desmesuradamente
místicas que mezclan el contacto extraterrestre con expectativas religiosas o
actos de fe. Para ir al grano, he visto gente vestirse de blanco y “rezarle” a
los extraterrestres.
He escuchado afirmar que Jesús es
uno de “ellos” y que viaja en OVNI. También he visto gente pedir a los seres de
las estrellas favores espirituales o protección, como si fuesen ángeles y no
cosmonautas de otros mundos. Al margen de que estos seres puedan ejercer algún
tipo de influencia positiva en torno a algunos testigos, y de la incuestionable
importancia de grandes seres como Jesús, todo lo que cité anteriormente resulta
demasiado.
Por otro lado, en las
agrupaciones contactistas muchas veces el líder - generalmente el testigo
original del contacto o el único canal - se transforma en un profeta, al que se
le consulta cosas personales o se le pide consejo para todo lo imaginable. Por
si esto fuera poco, la confusión llega a tal punto que el líder termina
“apareciendo” en sueños a los miembros de la organización, y hasta se reciben
mensajes espirituales de él.
Entonces se le empieza a
considerar especial. Deja de ser un testigo. Estar con él es casi como estar
con los seres del espacio.
De estos casos, hay muchos.
Cuando se pierde la objetividad,
estas y otras cosas pueden suceder, afectando profundamente la credibilidad de
una experiencia de contacto extraterrestre. El factor cultural y religioso
previo de una persona influye también en todo esto. La recomendación es
observar el contacto y vivirlo desde una perspectiva amplia que no esté
condicionada por nuestro sistema de creencias o necesidades espirituales.
Un contacto real está más allá de
todo eso. El “fenómeno ovni” escapa a nuestro marco cultural y religioso.
Su
mala interpretación podría generar nuevas doctrinas. No en vano - aunque esto
suene controvertido - no pocos estudiosos argumentan que más de una religión se
formó por una posible visita extraterrestre en el pasado al interpretarse
equivocadamente la experiencia, que con el transcurrir del tiempo enterró el
mensaje original.
Sin muy lejos, Asthar Sheran, una
presunta entidad extraterrestre que contactó con Eugenio Siracusa en Italia en
1962, se convirtió en la actualidad en una suerte de “Maestro Ascendido”.
Hay que evitar estas confusiones.
.biblioteca pléyades.
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