El dios Quetzalcóatl dejó a los
maya en el 550 A.C., con la promesa de volver.
Después de esperar pacientemente
durante alrededor de 1,300 años, todavía no se había presentado.
Una
conferencia de sacerdotes-astrónomos mayas se celebró en el año 763,
presumiblemente para discutir lo que había salido mal. ¿Cuánto tiempo podría
mantener a la gente la fe en un Dios perdido hace mucho tiempo que era conocido
sólo por sus antepasados?
Cien años más tarde, más o menos,
los mayas comenzaron gradualmente a abandonar sus centros ceremoniales, y en el
lapso de unos pocos siglos más, su civilización se había venido abajo. Era como
si se hubieran simplemente cansado de la espera. Los mayas probablemente
tomaron la decisión correcta, porque mil años después aún no hay señales de
Quetzalcóatl. Sin embargo, como estamos en el borde del nuevo milenio, ¿podría
ese retorno ser ahora inminente?
Tan reacio como soy para predecir
el futuro incognoscible, puede sin embargo ofrecer alguna orientación
científica sobre una amplia gama de posibles cronologías. Los lectores pueden
fijar sus propias probabilidades para cada resultado posible. En el corazón de
este libro está la teoría de que los Dioses tomaban "turnos" de
señorío sobre la base de una división del ciclo de precesión de la Tierra.
Este ciclo, causado por la
oscilación de la Tierra, es un hecho científico establecido. La duración del
ciclo de precesión no puede ser una ciencia exacta, sin embargo, puesto que la
Tierra todavía tiene que completar este ciclo desde el diluvio. Las últimas
estimaciones sugieren un período de 25,776 años, representando doce eras de
2,148 años.
Esto sugiere que el sistema
matemático sumerio fue estructurado deliberadamente en cifras redondeadas de
25,920 y 2,160. En los cálculos que siguen, algunas veces he citado 2,160 en
aras de la simplicidad, pero la cifra real puede leerse como 2,148 o una
aproximación del mismo.
Al comienzo de este capítulo,
sugerí que la humanidad en la actualidad podría estar experimentando un período
de 2,160 años de "no intervención". Si esto es así, entonces las
implicaciones son extremadamente urgentes, ya que dentro de poco tiempo este
período va a terminar. ¿Qué tan fuerte es mi teoría científica de que los
Dioses operaban en eras de 2,160 años?
Tenemos pruebas sólidas que datan
el diluvio a 10,983 A.C., y la evidencia textual asocia la inundación con el
signo zodiacal de Leo. Puede ser una coincidencia que la Esfinge fue tallada
como un león, pero creo que no. Su datación geológica es cierto que no es
precisa, pero es coherente con el período 11,000 a 8,700 A.C.
Entonces tenemos cronología de
Manetón de los Dioses egipcios que datan del principio del reinado de Thoth a
alrededor de 8,700 A.C., y la evidencia textual relacionando el nombramiento de
Thoth a la guerra de los Dioses.
Una vez más, podría ser una
coincidencia que la guerra de los Dioses se produjo al final de un período de
precesión, pero lo dudo. En cuanto a los dos siguientes períodos de precesión,
a partir del 6,540 A.C. y 4,380, fueron relativamente tranquilos, pero he
ofrecido evidencias de que esta última, la era de Tauro, coincide con la época
del Dios Ishkur en América del Sur.
El cambio de Tauro al nuevo
período de Aries, desde aprox. 2,200 A.C., ha sido conmemorado en todo el mundo
antiguo, como lo señala el famoso Carl Jung. He expuesto evidencia detallada de
que este período marcó el regreso programado de Marduk a Babilonia, que fue retrasado,
primero por Inanna y luego por Ninurta.
En este momento, las estrellas
estaban siendo observadas en todo el mundo, existiendo pruebas físicas en Machu
Picchu y Stonehenge en particular. La ciencia convencional no puede ofrecer
ninguna explicación para estos observatorios antiguos, ni la obsesión de las
antiguas civilizaciones con la astronomía.
Por último, he sugerido que 2,160
años más tarde, el nacimiento de Jesús coincidió con el período de Piscis,
explicando el significado de las estrellas que trajeron a los Reyes Magos a
Jerusalén. ¿Cuándo termina la actual era precesional?
Si contamos 2,160 años desde la
época de Jesús, llegamos a mediados del siglo 21, pero esta cronología no se
basa en un punto fiable de partida. Parece que los Reyes Magos contaron 2,160
años desde la fecha del compromiso del regreso de Marduk a Babilonia, pero
Marduk, en realidad había anticipado un inicio más temprano de su era. La
actividad en Stonehenge, previa a 2,300 A.C., marcó su regreso previsto que
sólo fue impedido por las conquistas militares de Inanna y Sargón.
Cuando Marduk trató de regresar a
Babilonia, su hermano Nergal le convenció de que su tiempo no había llegado
todavía. En el capítulo 11, sugerí que Marduk había contado a partir del
Diluvio, mientras que el ciclo de precesión había comenzado oficialmente 108
años (uno y medio grado celeste) más tarde. Entonces sugerí que un compromiso
fue alcanzado, permitiendo el punto de partida anterior, pero posponiendo su
retorno de 2,391 A.C. por 3 grados (215 años) a 2,176 A.C. Sin embargo, si,
eliminamos la inserción artificial del compromiso, que era sólo una táctica de
retraso.
La era precesional de Marduk
debería haber comenzado en 2,284 A.C. Calculando adelante desde esa fecha
apunta a que la siguiente era precesional ocurre mucho más temprano en el siglo
21 - ya sea 2,036 A.C. y 2,012 A.C. (sobre la base de 2,160 años y 2,148
respectivamente. Otras fechas también son posibles. Dependiendo de los
supuestos utilizados.
Por ejemplo, ¿cuándo comienza
oficialmente el ciclo precesional? Si fue restablecido al punto cero, cuando
regresó Nibiru aprox. en 200 A.C., entonces ya estamos en la "nueva"
era, que comenzó algún tiempo antes en el siglo XX.
La otra variable es el ciclo
precesional - ¿Nosotros usamos 25,920, 25,776 o alguna otra cifra? Una
posibilidad, basada en el conocimiento sagrado egipcio y sumerio es de 25,737.5
años, lo que lleva al inicio de una nueva era en el año 1998. Por otra parte,
hay que subrayar que el sistema que utilizaron los Dioses no puede ser imitado
con el uso de una calculadora. Si pudiera, ¿por qué fue construido Stonehenge?
Los ciclos de la Luna y los
movimientos de la Tierra alrededor del Sol ya eran conocidos. La medición de
estos ciclos sólo pudo haber sido por la correlación de algo más, es decir, la
tasa de cambio precesional. Esto es de fundamental importancia, porque
significa que el ciclo no era considerado como una constante numérica
específica y el Señorío sólo puede ser determinado por la observación directa
de los cielos.
El significado histórico del
ciclo precesional sugiere que, si los Dioses sí regresaran, será dentro del
rango de las fechas indicadas anteriormente. Igualmente podría argumentarse que
su próximo regreso no se producirá hasta aprox el próximo regreso de Nibiru.
3,400 D.C.
Y, además, se puede argumentar
que los Dioses ya no están en Nibiru y podrían no regresar nunca.
Aunque he tratado de dar un
enfoque científico a la pregunta de cuándo y si los Dioses volverán, es difícil
ignorar las enormes expectativas que se están acumulando conforme nos acercamos
al nuevo milenio.
Algunos judíos siguen esperando
un Mesías personal que venga antes del año 2,000 D.C. Tanto los musulmanes como
los cristianos esperan el regreso de Jesús. Los musulmanes creen que el oculto
imam Mahoma al-Muntazar reaparecerá para restaurar el verdadero Islam,
conquistar el mundo y dar paso a un corto milenio antes del fin de todas las
cosas.
Los Testigos de Jehová esperan
que el Reino de Dios llegue inminentemente, ya que todas las características
del "Fin de los Tiempos" están siendo experimentadas por la
generación actual. Los antiguos mayas tenían un gran ciclo de 13 baktunes que
se pueden utilizar para predecir el final de una era el 23 de diciembre 2013
D.C.
Es cierto que ha habido muchos
profetas del "Fin de los Tiempos" durante los últimos dos mil años,
pero nunca antes ha habido una base científica para apoyarlo.
Si los Dioses retoman el control
sobre la tierra, ¿cómo podemos esperar que lo hagan?
¿Vendrán en masas de flotas de
platillos voladores, o se anunciarán a través de Reuters?
¿Y cómo podrían demostrar su
valía ante un público escéptico?
Cualquiera podría aparecer
diciendo ser Jesús o Yahweh.
Por el contrario, podría haber
muy poca ventaja para los Dioses inmediatamente anunciándose a las masas.
La noticia de su regreso podría
ser difundida en una necesidad-de-saber, permitiendo a sólo unos pocos líderes
mundiales acercarse a ellos. La vida puede parecer transcurrir de forma normal,
pero con una nueva agenda política. Podríamos detectar su presencia en eventos
inexplicables, cambios en las políticas gubernamentales o actos de guerra que
tienen sentido, y tal vez un aumento en el secreto gubernamental.
Eventualmente, estas operaciones
encubiertas podrían dar paso a una presencia abiertamente declarada, pero sólo
cuando sea el momento adecuado. Debemos buscar una manipulación de hechos que
faciliten el traspaso de la soberanía a los Dioses.
Esto podría lograrse mejor
llevando a la Tierra a un punto de crisis de la cual los propios Dioses podrían
emerger como salvadores.
De esta manera se podría esperar
una ruptura del orden social y de una desilusión generalizada con las actuales
instituciones gubernamentales de la humanidad, religiones e industria. Luego,
cuando las masas se sientan frustradas, asustadas, desesperadas y vulnerables,
se manifestarán a gritos pidiendo un nuevo orden mundial bajo los Dioses.
¿Acaso debemos vivir en el miedo
o con la esperanza de que nuestros Dioses regresen?
Las acciones del gobierno de
Estados Unidos parecen indicar una amenaza percibida. En 1996, el Pentágono
anunció un plan, patrocinado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para
salvar al mundo mediante el despliegue de misiles que intercepten
"asteroides" en el espacio profundo.
Los políticos han manifestado su
intención de aprobar una ley que obligaría a Estados Unidos a desplegar este
sistema de defensa de misiles, con nombre en código "Clementine 2" en
2003.
¿Por qué la prisa repentina? ¿Es
parte de la misma agenda oculta que está tratando de colocar telescopios
increíblemente sensibles al espacio profundo?
En los tiempos difíciles que se
avecinan, muchos de nosotros podríamos tener la tentación de sentarnos y
esperar el regreso de nuestros antiguos Dioses. Esta sería una estrategia
peligrosa, ya que el regreso de los Dioses es en absoluto seguro, y no podemos
confiar en ellos para salvar a la Tierra de todos sus problemas.
Por otro lado, muchos de nosotros
vemos esto como un tiempo para restaurar nuestra fe en un Dios espiritual, un
Creador Absoluto que incluso puede haber creado directamente a los Dioses que
nos crearon.
Pero cualesquiera que sean
nuestras ideas religiosas internas, me permito sugerir que todos nosotros
mantengamos un ojo avizor sobre la evolución tanto en la Tierra como en el espacio,
porque la humanidad, literalmente, puede estar a punto de cumplir sus
decisiones en un rendezvous que representa el mayor secreto científico de los
tiempos modernos.
Por Alan Alford traducción de Adela Kaufmann
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