YAHVÉ: UN DIOS QUE NO PUDO SER
DIOS
A través de los siglos, la gente
ha creído que el Dios que guió a Moisés y a los israelitas era el mismo Dios
del que habló Jesucristo. Pero… ¿qué pasaría si os dijeran que ese Dios era en
realidad un extraterrestre? Quizá os indignéis, pero antes tenéis que
ver todas las evidencias que los ufólogos han planteado; y es que, a
lo mejor, el tal Yahvé no era sino un alienígena impostor… Porque era demasiado
imperfecto (colérico, cruel, etc) para ser Dios, y la forma en que se
manifestaba tenía demasiado de nave extraterrestre…
Sí, comprendemos que al lector le
puede resultar chocante, y aclaramos que aquí no estamos ni negando ni
afirmando la teoría: simplemente la exponemos. Hecha esta aclaración, debemos
decir que la teoría no tiene carácter científico, aunque tampoco pertenece
al esoterismo. Es más bien una especulación pseudocientífica (por estar
vinculada a la Ufología, una pseudociencia). Conozcámosla.
Durante el
largo tiempo que Moisés guió a los israelitas, vemos que éste
prácticamente no tomaba decisiones importantes sin consultarle. Hasta aquí no
parecería haber nada extraño; pero, si tenemos en cuenta que “Yahvé”
no quería intermediarios entre él y Moisés y si consideramos cómo empezó todo,
veremos que sí da qué pensar la historia.
Yahve-extraterrestre-la-zarza-ardiendoAsí,
el primer encuentro de Moisés con Yahvé, en la época en que Moisés
era pastor y aún no asumía el liderazgo de los hebreos, fue cuando Moisés vio
una zarza que ardía sin consumirse. Dice así el Éxodo: «El ángel de Yahvé se le
apareció en forma de llama de fuego, en medio de una zarza. Vio que la zarza
estaba ardiendo, pero que la zarza no se consumía. Dijo pues Moisés: “Voy para
ver este extraño caso: por qué no se consume la zarza”. Cuando vio Yahvé que
Moisés se acercaba para mirar, le llamó desde la zarza, diciendo: “Moisés,
Moisés”. El respondió: “Aquí me tienes”. Le dijo: “No te acerques más; quita
las sandalias de tus pies, porque el lugar en el que estás es tierra sagrada”.
Y añadió: “Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y
el Dios de Jacob”».
Ahora bien, aquí se plantea que
lo que en realidad Moisés vio era un tipo de luz artificial; pero, como en ese
entonces la Humanidad aún no descubría la luz artificial, él la interpretó como
“fuego”, al igual que hizo después con la luz que emitía el ovni que
supuestamente guió al “pueblo elegido” en el desierto.
Surgen sin embargo estas
preguntas: ¿por qué él o los extraterrestres se hacían pasar por Dios?, ¿de qué
fuente provenía esa luz artificial? Según los partidarios de la intervención
extraterrestre; el caso del “pueblo elegido”, al igual que otros más, responde
a un propósito de experimentación social por parte de los extraterrestres, de
modo que en este marco, al menos en cierta medida, la actual situación
histórica de la Humanidad expresa pasadas intervenciones extraterrestres, como
las que supuestamente se habrían dado entre mayas, egipcios, aztecas y
babilonios, además de entre los hebreos, que son el caso que nos atañe. En
cuanto a la fuente de la luz artificial, bien pudo haberse tratado de algún
artefacto pequeño que emitía luminosidad, y del cual salía una voz. Se decanta
aquí la posibilidad de que ese fuego haya sido el producto de un cierto aceite
dentro de la planta, en virtud del cual ésta, al contacto con ciertos elementos
químicos, ardería de forma tan fugaz que no se consumiría. Porque en efecto eso
pasa con la Dictamnus albus (presente en la zona donde Moisés vio arder la
zarza), pero el tiempo en que suele arder sin consumirse es demasiado breve
como para dar lugar al diálogo mencionado en el Éxodo… Por último, si se
rechaza la teoría del artefacto que emitía luz, queda la posibilidad de una
alucinación visual-auditiva inducida por algún extraterrestre, pues comúnmente
se les ha adjudicado a estos la posesión de poderes psíquicos.
Todo lo anterior podría parecer
el fruto de fantasiosas elucubraciones, pero lo que sigue es mucho más
convincente. Se trata del segundo encuentro de Moisés con Yahvé, antes del cual
se entabla un pacto ritual cuya importancia para la teoría se explicará
después. Véase de momento lo que nos dice el Éxodo, y póngase especial atención
en las partes subrayadas: ‹‹Y dijo a Moisés: Sube ante Jehová, tú, y Aarón,
Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde
lejos (…). Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de
mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce
tribus de Israel. Y envió a unos jóvenes de los hijos de Israel, los cuales
ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová (…) Entonces
Moisés tomó la sangre, y roció sobre el pueblo, y dijo:
He aquí la sangre del pacto que
Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas…
Entonces Jehová dijo a Moisés:
Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y
mandamientos que he escrito para enseñarlos. Y se levantó Moisés, y Josué su
ministro; y Moisés subió al monte de Dios. Y dijo a los ancianos: Esperadnos
aquí hasta que volvamos a vosotros: y he aquí Aarón y Hur están con vosotros:
el que tuviere asuntos, venga a ellos. Entonces Moisés subió al monte, y una
nube cubrió el monte. Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la
nube lo cubrió por seis días: y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la
nube. Y el parecer de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la
cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel. Y entró Moisés en medio de
la nube, y subió al monte: y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta
noches. “
Expliquemos ahora la cita
anterior. En primer lugar, y como dato más importante, el texto nos dice que
“una nube cubrió el monte”. Esa misma nube es aludida por las palabras de
Jehová más adelante, cuando le dice a Moisés: “Mira: Voy a presentarme a ti en
una densa nube para que el pueblo me oiga hablar contigo, y así te dé crédito
para siempre.”. Ya lo ven, hay una palabra clave: “densa”. Por otra parte,
también en otras partes se menciona que la nube aparecía de día como una
“columna de humo” y de noche como una “columna de fuego”.
Entonces… ¿de qué mismo estamos
hablando? A saber, algunos ufólogos han propuesto que las naves nodrizas a
veces tienen formas cilíndricas, y los cilindros pueden interpretarse como
“columnas”; a su vez, de día estas naves no tendrían necesidad de encender sus
luces exteriores, por lo que a la vista del pueblo la nave parecería una
“densa” columna de humo, ya que su color debía ser metálico, entre grisáceo y
plateado, semejante al color de una nube oscura; mientras que, por la noche, la
nube habría encendido sus luces exteriores para guiar al pueblo en medio del
desierto, y el color de las luces debía ser anaranjado, rojo o algo parecido,
por lo que la nave podía ser interpretada como una “columna de fuego”, ya que
en aquel entonces la Humanidad no conocía la luz artificial. A partir de lo
dicho, puede ya entenderse por qué el texto dice que “la gloria de Jehová era
como un fuego abrazador en la cumbre del monte”, cosa que lógicamente se
debería a que la nave encendía las luces de aquella parte suya que daba a la
cima del monte, y esta luminosidad era percibida como “fuego abrazador”.
Pero luego se nos dice que “entró
Moisés en medio de la nube”, y que estuvo cuarenta días y cuarenta noches. ¿Qué
debemos pensar qué pasó allí? La respuesta es: Moisés se comunicó con los
extraterrestres…
Sí, es difícil de creer, pero solo aparentemente; ya que,
cuando Moisés regresa, ha recibido abundantes detalles técnicos para la
construcción del tabernáculo (lugar en que habitaría la presencia de “Dios”),
para los ritos, para las ofrendas, para los materiales de las vestimentas
sagradas, y sobre todo para el Arca de la Alianza. Lo impresionante es que el
Arca de la Alianza no podía ser topada por cualquiera, sino solo por Moisés y
los sacerdotes que vestían un Efod. Si alguien la topaba en condiciones
normales, sencillamente moría. Claro que se puede pensar que es pura ficción
bíblica, pero las investigaciones científicas han demostrado que, si existiera
un objeto con las especificaciones técnicas —principalmente, el tener placas de
oro por dentro y fuera, separadas por madera de acacia, lo cual encaja con la
naturaleza del condensador eléctrico como formado por dos superficies
conductoras separadas por un material dieléctrico— que el arca tenía,
funcionaría como un condensador eléctrico, capaz de acumular, en un entorno
seco (como el desierto en el que estaban los hebreos), suficiente electricidad
estática como para producir una descarga mortal a quien lo tocara sin algo que
disipe a tierra dicha electricidad; y, sorprendentemente, el Efod original (o
la cadena de oro usada después con los Efod de lino) estaba hecho de tal forma
que funcionaba como un disipador eléctrico, de modo que así se explica cómo
todo encajaba. La cuestión es por ende la siguiente:
¿existía en ese entontes
el conocimiento científico para que el Arca de la Alianza haya sido pensada
como un condensador de electricidad estática? Se sabe que las primeras
aproximaciones científicas a la electricidad se dieron en los siglos XVII y
XVIII después de Cristo, y en aquella época aún ni siquiera nacía Cristo: por
lo tanto, no sería descabellado suponer que los extraterrestres (que de seguro,
si podían hacer naves, conocían mucho de electricidad) se comunicaron con
Moisés y le dieron las especificaciones del Arca de la Alianza pensando
justamente en hacerle creer a los hebreos que era la presencia divina la que
mataba a los “impuros” que osaban tocar el objeto en el que descansaba la
energía de El Señor… Un plan perfecto, pero ahora: ¿por qué los ritos de
sangre?
Según algunos defensores de la
teoría, ciertos tipos de extraterrestres muestran una particular atracción por
la sangre y las vísceras de animales, particularmente de reses y de otros
animales considerados como “puros” en el ritual judío. Así, para ellos, los
extraterrestres (haciéndose pasar por Dios) le habrían pedido a Moisés los
ritos de sangre como consecuencia de esa atracción antes dicha, la cual se
manifestaría en el conocido fenómeno de la mutilación de ganado, en el cual se
han dado múltiples casos de reses, caballos y otros animales que aparecen
desangrados o con ciertas vísceras extraídas por lo que aparentemente son
instrumentos quirúrgicos con láser. Pero en realidad esta hipótesis es un tanto
descabellada, y tiene más sentido suponer que las mutilaciones de ganado se
deben (al menos en su mayoría) a propósitos científicos y experimentales por
parte de los extraterrestres (suponiendo de antemano que éstos sean la causa);
mientras que, en el caso del pueblo hebreo, los ritos de sangre se habrían
solicitado en base al conocimiento que los extraterrestres debieron haber
tenido del significado espiritual y ritual que para muchas civilizaciones humanas
(incluidos los hebreos) tenía la sangre. Sin embargo eso deja pendiente el
asunto de las prohibiciones dadas por Dios a Moisés en torno a los alimentos
puros e impuros. Por ejemplo, de entre los animales terrestres solo se podían
consumir aquellos que rumiaran y tuvieran las pezuñas hendidas, dejando fuera
al cerdo; además, no se podían consumir animales que murieran por causas
naturales sino solo los sacrificados de cierta forma, no se podía consumir la
grasa de ciertas zonas, y todo animal debía desangrarse y salarse antes de ser
comido, puesto que la sangre era considerada impura. En el marco de la teoría
de que el Dios de Moisés era extraterrestre: ¿qué razones habrían tenido los
extraterrestres para implantar todas esas prohibiciones? Podría sugerirse que
todo se reducía a buscar la salubridad, ya que por ejemplo: a) en ese entonces
no existían formas de librarse de los parásitos (tenia, triquina) del cerdo, y
este era aún más peligroso para la salud que ahora, b) la sangre siempre ha
tenido toxinas, por eso es mejor consumir el animal desangrado, c) el no
consumir animales que muriesen por causa natural, salvaba a la gente de
exponerse a consumir animales que hayan muerto por enfermedad.
Fundamentos bíblicos para la
interpretación ufológica
Era una nave:
‹‹E iba Yahvé al frente de ellos,
de día en una columna de nube para guiarles en el camino y durante la noche en
una columna de fuego para alumbrarlos a fin de que pudiesen marchar de día y de
noche. La columna de nube no se retiraba del pueblo durante el día ni la
columna de fuego de noche.›› (Ex. 13, 20, 22)
Yahve-nave Interpretación: Ya se
ha explicado antes por qué de día era una “columna de nube” y de noche una
“columna de fuego”. Ahora, está claro que, cuando dice que “no se retiraba del
pueblo”, es porque la nave se queda levitando, como para señalarle al pueblo
que debe permanecer allí.
‹‹Y el día que el tabernáculo fue
levantado, la nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda de la congregación; y
a la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la
mañana. Así era continuamente; la nube lo cubría de día, y de noche la
apariencia de fuego. Y cuando la nube se alzaba de sobre el tabernáculo, los
hijos de Israel partían; y en el lugar donde la nube se detenía, allí acampaban
los hijos de Israel. Al mandato de Jehová los hijos de Israel avanzaban; y al
mandato de Jehová acampaban; todos los días que la nube estaba sobre el
tabernáculo, ellos permanecían acampados. Y cuando la nube se detenía sobre el
tabernáculo muchos días, entonces los hijos de Israel guardaban la ordenanza de
Jehová y no partían.›› (Números 9, 15-19)
Interpretación: Es lo mismo que
antes, solo que aquí se menciona la presencia del tabernáculo, ya que los
extraterrestres, para que el pueblo asocie la presencia divina al lugar
“sagrado”, ponen la nave exactamente sobre el tabernáculo, el cual medía unos
13 metros de largo por cuatro de ancho, y era móvil, de modo que los hebreos
debían darse el trabajo de montarlo y desmontarlo según la voluntad de los extraterrestres,
tomados por ellos como El Señor, ya que evidentemente era un extraterrestre en
particular el que hablaba con Moisés, como se verá más adelante.
Solo unos pocos podían acercarse
a la nave:
‹‹Y Jehová habló a Moisés,
después que murieron los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de
Jehová, y murieron. Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en
todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio
que está sobre el arca, para que no muera: porque yo apareceré en la nube sobre
el propiciatorio›› (Lev. 16,1).
Interpretación: Muchas veces, los
que sostienen la teoría han dicho que el fuego de los motores de la nave era lo
que mataba a quien se acercaba, pero entonces… ¿cómo es que Moisés sí podía
acercarse? Ante esa pregunta, se ha planteado que, en casos como el de arriba,
la nave mataba a quienes se acercaban, no con el fuego de los motores, ya que
en realidad no debía tratarse de fuego, pues de ser así habría quemado la
tienda del tabernáculo.
Al parecer se trataba de una
especie de rayo que no quemaba, pero que podía incrementarse su frecuencia al
punto de ser mortal para los seres vivos. De ese modo, la frecuencia se
elevaría cuando alguien no permitido se acercase, o bien simplemente se
mantendría en los niveles habituales; mientras que, cuando se acercaba alguien
permitido, la frecuencia del rayo habría disminuido….
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