Situado en el centro del pecho,
detrás del esternón, el hueso donde la gente toca cuando dice ‘yo, queda una
pequeña glándula llamada TIMO. Su nombre en griego, ‘thýmos’, significa energía
vital.
Porque el timo sigue siendo un
ilustre desconocido. Un ilustre e importante desconocido de él sabemos que su
función es primordial para el sistema inmune o de defensas y que sus células
están emparentadas con las del corazón.
Nuestro sistema inmunológico es
un sofisticado sistema diseñado para proteger nuestro organismo del ataque de
virus, bacterias, hongos y células malignas.
Posee un monitoreo constante de
nuestro cuerpo y allí dónde detecta alguna anormalidad, lanza los glóbulos
blancos para restituir el tejido normal.
Y lo hace con una eficiencia
notable.
Toda la especie humana debe su
supervivencia a este maravilloso sistema que nos protegió mucho antes de que
existieran antibióticos, medicamentos, medidas higiénicas, etc.
Sin embargo, como todo sistema de
nuestro cuerpo también puede estar sometido a desequilibrios.
De tal forma que cuando funciona
con menor capacidad de la normal aparecen las enfermedades.
Esto también abre las puertas a
la invasión de todo tipo de microorganismos que aprovechan estas brechas para
su ingreso.
Otro tipo de enfermedades de
nuestro sistema inmunológico son las auto inmunes, que son aquellas dónde
nuestro “ejército interno” se enloquece y termina atacando a tejidos normales
de nuestro cuerpo.
Algunas enfermedades auto inmunes
son la esclerosis múltiple, la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, el
lupus, etc.
En este caso existe un lazo
detectado entre el aumento del estrés y los picos de ataque de estas
enfermedades.
El “general” que dirige este
sistema defensivo es la glándula Timo, que se encuentra en el centro de nuestro
pecho.
Desde allí comanda todas las
“operaciones” de defensa. Numerosas investigaciones han demostrado que esta
glándula está fuertemente influida por los estados emocionales.
Una intensa carga emocional
negativa puede hacer que disminuya su capacidad hasta en un 50%.
Por eso es que después de grandes
disgustos es más probable que se desarrollen enfermedades en nuestro cuerpo.
El crece cuando estamos alegres y
encoge cuando estamos estresados y aún más cuando nos enfermamos.
Esa característica confundió
durante mucho tiempo a muchos, que a través de las autopsias y siempre lo
encontraba achicado y encogido.
Se suponía que se atrofiaba y
dejaba de trabajar en la adolescencia, tanto es que durante décadas muchos
médicos bombardeaban timos perfectamente saludables con altas dosis de rayos X,
creyendo que su ‘tamaño anormal’ podría causar problemas.
Más tarde la ciencia demostró
que, así mismo aunque encogiéndose después de la infancia, él sigue siendo
activo; es uno de los pilares de nuestro sistema inmunológico, junto con las
glándulas adrenales y está directamente relacionado con los sentidos, la
conciencia y el lenguaje.
Como una central de teléfonos por
donde pasan todas las llamadas, hace conexiones tanto hacia afuera como hacia
adentro. Si somos invadidos por microbios o toxinas, reacciona inmediatamente
produciendo células de defensa.
Pero también es muy sensible a
imágenes, colores, luces, olores, sabores, gestos, toques, sonidos, palabras y
pensamientos. El Amor y el odio lo afectan profundamente.
Los Pensamientos negativos tienen
más poder sobre él que los virus y bacterias, entonces el timo intenta
reaccionar y se debilita, luchando contra un invasor desconocido “solo
pensamientos” y abre espacios; entonces el sistema inmune se debilita y las
infecciones sobrevienen. En compensación, pensamientos positivos consiguen
activar todos sus “poderes”, recordando que la fe remueve montañas.
Un test del pensamiento:
-Cierra los dedos pulgar e índice
en la posición de ‘ok’, apriete con fuerza y pida a alguien para intentar
abrirlos o separarlos en cuanto piensa ‘estoy feliz’. Después repita pensando
‘estoy infeliz’.
La mayoría de las personas
conserva la fuerza en los dedos con el pensamiento feliz y se debilita cuando
piensa que está infeliz. es decir cuando dices “estoy feliz” no es posible
separa los dedos, mientras si dices “estoy infeliz pierdes “fuerza” y pueden
separar tus dedos con toda facilidad.
(Sustituya los pensamientos por
un delicioso helado de chocolate, una torta rellena con crema, paz, violencia,
guerra, muerte para ver qué sucede…)
Resulta que, si Usted quiere,
puede ejercitar el timo para aumentar su producción de bienestar y felicidad,
ganar en fuerza y salud. Por la mañana, al levantarse, o en la noche antes de
acostarse:
a) – De pie, las rodillas
ligeramente dobladas, (la distancia entre los pies debe ser la misma de los
hombros).
Ponga el peso del cuerpo sobre los dedos y no sobre el talón y
mantenga toda la musculatura bien relajada.
b) – Cierre una de sus manos y
comience a dar golpecitos continuados con los nudillos de los dedos en el
centro del pecho, marcando el ritmo así: una fuerte y dos débiles. Siga
haciéndolo entre 3 y 5 minutos, respirando tranquilamente, mientras observa la
vibración producida en toda la región toráxica con 20 toques por la mañana y 20
toques por la noche es suficiente.
Desde muy antiguo los sabios de
Oriente estaban conscientes de esta relación entre Timo y Salud, por lo tanto
diseñaron numerosos ejercicios para fortalecerlo. Uno de los más efectivos es
el ejercicio de El Sol en el Pecho.
EL SOL EN EL PECHO- Póngase
cómodo. Busque su lugar tranquilo y aireado. – Masajee suavemente el centro de
su pecho. Visualice que allí hay un capullo de una flor que se va abriendo
despacio a medida que recibe su cálido masaje. Esta visualización activa
nuestra glándula Timo. – Con el puño flojo golpee amablemente el centro del
pecho. Siga visualizando la flor que se abre. –
Ahora comenzamos el ejercicio
propiamente dicho después de la preparación anterior. – Extienda sus brazos
hacia adelante, palma frente a palma.
Cierre los puños. Esa va a ser la
posición de partida. – Inhale por la nariz en forma lenta y profunda, al mismo
tiempo traiga sus codos bien hacia atrás, bien pegados al cuerpo. Intente que
sus omóplatos se acerquen lo máximo posible y que el pecho se abra bien. –
Retenga el aire.
Visualice entonces un sol
brillante y poderoso en el centro de su pecho. Sienta su calor y poder de vida.
Cuando llegue al límite de la
retención, exhale por la boca entreabierta, mientras lleva sus brazos a la
posición de partida. – Repita la técnica de 5 a 15 minutos.
Si ya tiene problemas en su
sistema inmunológico conviene hacerla varias veces al día, todos los días hasta
alcanzar mejoría evidente…
Luis Hdez. CSE Master.
Todos hacemos la experiencia de
que la sonrisa, la manifestación física y la expresión genuina de un estado
interno de alegría, nos hacen sentir bien, optimiza nuestras acciones y produce
motivación, influyendo y modificando nuestro entorno.
Esto es estudiado desde épocas
muy antiguas y en tiempos modernos las investigaciones realizadas en biología
molecular y en neurofisiología aportan datos reveladores.
El Timo es una pequeña glándula
situada en la base del cuello y detrás del esternón ejerce una clara influencia
sobre el desarrollo y maduración del sistema linfático, en particular de los
linfocitos T y en la respuesta inmunitaria de nuestro organismo.
Los linfocitos T tienen como
función aislar a las células anormales y destruirlas. Esto es de vital
importancia en la capacidad defensiva del organismo y además se sabe que en la
millonada de células que se producen en el cuerpo permanentemente siempre hay
células aberrantes, defectuosas, que si no se las elimina pueden proliferar y
generar enfermedad o un cáncer. Sir MacFarlane Burner, premio Nobel de medicina
por sus aportes en inmunología, en su teoría sobre el cáncer sugiere que la
estimulación del timo puede prevenir la aparición de esta enfermedad.
¿Qué relación hay entre el timo y
la risa?
Se ha visto que en situaciones de
estrés o de emociones negativas reiteradas esta glándula altera su
funcionamiento disminuyendo significativamente la capacidad de defensa del
organismo. O lo que es lo mismo, se genera un estado de inmunodeficiencia.
El timo es extremadamente
sensible a la risa y a las emociones positivas, como el amor, la compasión, la
generosidad y la autoconfianza. Se lo relaciona además con el cuarto Chakra,
Anahata, el Chakra cardíaco, cuyo color es el verde.
Hay otro hecho importante, que
luego desarrollaré con más detalles, la risa favorece la secreción de
neurolépticos cerebrales. Estas sustancias tienen la capacidad de activar
receptores presentes en las membranas de todas las células. Son mediadores de
respuestas de tipo químico, que modifican el comportamiento de la célula, como
las encefalinas y endorfinas, que provocan una sensación de bienestar al
modificar a ciertos receptores para el dolor.
La salud depende de la alegría de
vivir.
Esto nos hace participes y
responsables de nuestra actividad interna, de nuestros pensamientos y emociones
y como ya vemos hasta de nuestro sistema inmunológico.
Así que ¡a reír se ha dicho!
Salud y felicidad para
todos.
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