Estamos presenciando fuertes polaridades hoy en nuestro planeta, fuertes extremos donde se batalla por la paz o por la guerra, millones de personas en todo el mundo manifestándose a favor de la paz y otros tantos solo aparentemente más fuertes hoy, por la guerra.
A pesar de que todo podría verse triste y caótico en principio, es importantísimo y maravilloso ver como nunca se vio, tantas personas con la conciencia y la convicción de que no es el camino de la violencia y el avasallamiento a los otros el que nos va a llevar a vivir mejor, ya que este genera sufrimiento, mayor violencia y resentimiento. Estamos pudiendo ver cada vez con más claridad el juego del miedo y lo que este produce, también que hasta último momento tenemos la posibilidad de cambiar una decisión, una postura, un pensamiento, que nunca es tarde para tomar un nuevo rumbo o para entender que la decisión tomada en cierto momento pudo no haber sido buena y que cuanto antes nos demos cuenta más rápido podremos revertir los resultados.
Este juego de polaridades que estamos viendo "afuera" es lo que en una escala menor, tenemos también "dentro". Esas mismas manifestaciones internas luchan en nosotros haciendo una especie de "pulseada" a ver quien gana, mientras en nuestra mente discursos a favor y en contra se debaten en un diálogo sin fin. Esas voces internas que solemos escuchar vienen de diferentes sensaciones, creencias, deseos, e incluso desde nuestro Verdadero Ser y a la que solemos llamar intuición.
Y esto nos lleva a tener sentimientos encontrados, a desear un día una cosa y otro día otra y cuando creemos saber lo que queremos quizás no nos animamos a hacer el cambio o no sabemos cómo implementarlo. Entonces... ¿Cómo hacemos?... ¿A quién le hacemos caso??? ¿Quién tiene razón???
Para tener estas respuestas es necesario tener encuentros con nosotros mismos, aceptando todas las voces y pudiendo identificar de donde vienen ya que de allí nacen los resultados de nuestras acciones. Por ejemplo, si obedecemos la voz que nace del miedo actuaremos inseguros y tratando de casi no hacer movimientos, para sentirnos menos temerosos, o haremos el movimiento equivocado.
Muchas veces creencias y conceptos familiares impresos en nuestra mente sobre una visión pesimista o negativa de algunas áreas de la vida, pueden llevarnos a actuar de una manera que estará lejos de beneficiarnos.
El camino del auto conocernos nos enseñará a identificar viejas creencias, a renovar los viejos registros instalados en nosotros, por nuevos, que nos lleven a una verdadera expansión del Ser. El aprender a aceptarnos y amarnos en totalidad, con nuestras luces y sombras, es el principio del camino hacia la felicidad y la autorrealización.
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