Los cuatro mundos del chamanismo son los niveles en
los que algunas personas llegan a percibir mientras que los chamanes pueden
viajar a conciencia. Estos niveles son el mundo tal cual lo conocemos, el mundo
ordinario, el mundo síquico, el mundo de los sueños y el mundo existencial.
¿Cómo viaja el chamán a través de estos mundos y para qué utiliza esos viajes
chamánicos?
Los cuatro mundos del chamanismo
Los cuatro mundos del chamanismo son comunes a todos
los individuos, sin embargo el chamán puede viajar hacia uno u otro a
conciencia con el propósito de hablar con la naturaleza y los espíritus,
cambiar los acontecimientos y adquirir sabiduría.
El chamán puede cambiar la realidad usando sus
facultades no normales en una realidad diferente en cualquiera de los cuatro
mundos.
Los cuatro
mundos del chamanismo según Serge King, estudioso de la materia, son:
El mundo
objetivo (Ike papakahi): el mundo material tal cual lo conocemos.
El mundo subjetivo (Ike papalua): el mundo síquico.
El mundo simbólico (Ike papakolu): el mundo de los sueños.
El mundo holístico (Ike papaha): el mundo existencial.
Según Serge King, cambiar los supuestos mentales y
desplazarse entre los cuatro mundos chamánicos de forma consciente es un
proceso sumamente delicado. Una aproximación a lo que ello supone se puede
comparar a cuando leemos lo que está escrito en esta página. Uno puede leer la
información (primer nivel), observar si hay errores ortográficos (segundo
nivel), observar el cuerpo y el estilo de la letra (tercer nivel) o adquirir la
consciencia de que esta página forma parte de un todo que es internet (cuarto
nivel). De este modo se estará siempre observando el mismo texto, pero con
diferentes enfoques de percepción.
La voluntad es así modificada para variar la
experiencia vivida.
Los cuatro mundos del chamanismo: el mundo holístico
Con el fin de curar, adquirir sabiduría o potenciar
sus poderes para transformar la realidad, el chamán viaja entre cuatro mundos
muy diferentes entre sí. Esta progresión de un mundo hacia otro supone
abandonar los supuestos de cada mundo en particular así como del análisis
crítico que se desprende de cada experiencia. El chamán puede actuar en el
mundo holístico, donde él forma parte del todo.
El
mundo holístico
Siguiendo con el ejemplo de Serge King que hemos visto
anteriormente en el análisis de los mundos chamánicos, en el mundo holístico ya
no vemos el bosque sino que somos el bosque.
El supuesto básico de este mundo es que todo es uno; en el sentido práctico, esto supone sentirse identificado uno con uno mismo.
En el mundo holístico no existe la distinción entre
uno mismo y lo que sea que uno se identifique como sí mismo. A pesar de que la
identificación holística sea muy común en la experiencia humana (el sentido de
identidad con una familia, un grupo, un país) sólo el chamán o una persona con
mucha experiencia puede operar conscientemente en este mundo.
Al identificarse con un elemento, el chamán pone en práctica el supuesto secundario del mundo holístico de que “el saber engendra el ser”.
A este nivel el chamán utiliza el método de curación
por “canalización” por el cual adopta la identidad de alguien con un gran poder
de curación o el llamado por Serge King el “grokking and guiding” en el cual el
chamán se identifica con la persona que debe sanar o se convierte en la persona
enferma y luego se cura a sí mismo. Este método es muy peligroso y exige un
máximo nivel de pericia por parte del chamán, pues puede correr el riesgo de
perder el equilibrio y luego no poder llegar a efectuar la curación,
perjudicando su persona y sus poderes chamánicos.
Los cuatro mundos del chamanismo: el mundo simbólico
¿Cómo miran los chamanes el mundo? Es ésta una
pregunta que intentamos responder observando e intentando comprender los cuatro
mundos del chamanismo. El chamán puede desplazarse a voluntad entre el mundo
objetivo o físico, el mundo subjetivo o síquico, el mundo simbólico y el mundo
holístico. Veamos qué es el mundo simbólico y cómo lo utiliza el chamán para
operar en este plano de realidad no ordinaria.
El
mundo simbólico
Siguiendo con el ejemplo que hemos visto anteriormente
en el cual vemos el mundo como un bosque, ejemplo citado por el autor Serge
King, en la percepción del mundo simbólico dejamos volar la imaginación y
sentimos una loa a la vida.
Los árboles, que veíamos en el plano objetivo como objetos a clasificar por especies y que en el plano subjetivo notábamos su interrelación con los demás elementos del bosque, es ahora una representación de nuestra energía interior. Sentimos la alegría de vivir, la belleza de la creación y los pájaros cantan alegría.
El chamán va más allá. Él puede ver augurios en la
formación de las nubes y encontrar sabiduría en los árboles y las plantas. En
el mundo simbólico la totalidad de la experiencia es un reflejo de uno mismo,
que incluyen los objetos y las personas que nos rodean.
Los supuestos secundarios del mundo simbólico son que
toda forma parte de un orden, existe en relación a alguna otra cosa y todo
significa lo que uno decide que signifique.
Para los chamanes las creencias se reflejan en el cuerpo y en las experiencias de la vida.
El chamán viaja a este nivel para utilizar métodos de curación basados en la fe, terapias de visualización, las afirmaciones, la orientación de imágenes, los sueños y el uso de amuletos.
Los cuatro mundos del chamanismo: el mundo subjetivo
Anteriormente hemos visto el mundo objetivo en el cual
opera el chamán para obtener diversos efectos como por ejemplo, curar. Pero hay
otros mundos en los cuales el chamán puede desplazarse con el fin de adquirir
sabiduría y poder. Veamos qué es el mundo subjetivo del chamanismo.
El mundo subjetivo
Tomando en cuenta el ejemplo visto anteriormente
citado por Serge King, el mundo visto como un bosque puede percibirse desde
diferentes puntos de vista, según la percepción del observador.
En el segundo nivel o segundo mundo chamánico llamado
mundo subjetivo, el bosque lo percibimos siendo conscientes de la
interdependencia del mundo natural y las funciones de mutuo apoyo desempeñadas
por los elementos.
Más que observadores somos partícipes de esa
experiencia y es posible que sintamos diversas emociones al tomar conciencia de
esa percepción sintiendo paz, alegría, plenitud, etc.
El chamán puede ir más allá y percibir en el mundo
subjetivo los colores de las auras de los elementos del bosque, la energía
generada por los elementos y la interconexión de todo lo vivo del entorno: las
plantas, los animales, las piedras, el viento, el sol.
Los supuestos secundarios de este mundo son que todo
está interconectado, todo forma parte de un ciclo y de una transición y que
todos los acontecimientos son sincrónicos.
En el mundo subjetivo la telepatía y la clarividencia
son tan incuestionables como el movimiento de una palanca en el plano o mundo
objetivo. Pero este mundo no tiene sentido visto desde los supuestos básicos de
mundo físico, así como no tienen sentido las leyes del mundo objetivo desde el
punto de vista del plano subjetivo o síquico.
El chamán se sitúa en este nivel para realizar
curaciones con métodos de telepatía, acupuntura o acu presión, el uso de su
energía y de la energía de diversos objetos como los cristales.
Los cuatro mundos del chamanismo: el mundo objetivo
El mundo objetivo o la realidad tal cual la conocemos
es el primer nivel en el cual actúan los chamanes. El chamán se desplaza a
voluntad en otros tres niveles o mundos, que son el mundo objetivo, el mundo
subjetivo, el mundo simbólico y el mundo holístico. Veremos a continuación qué
es el mundo objetivo y cómo se percibe a diferencia de los demás mundos
chamánicos.
El mundo objetivo
Según el autor Serge King, la mejor forma de
comprender la esencia de los cuatro mundos del chamanismo es con el siguiente
ejemplo.
Supongamos que el mundo es un bosque. El mundo
objetivo es la mera experiencia sensorial del bosque, tal como el color de las
plantas, el aroma del bosque, los sonidos, la sensación de la brisa sobre la
piel, etcétera.
Desde esta perspectiva lo que se nota es la cantidad
de árboles que tiene el bosque, las especies de plantas que hay en él, los
animales que viven en su entorno y quién es el propietario del bosque. Todo
esto puede ser cierto, pero sólo en el mundo objetivo y viviendo este tipo de
realidad. Hay cuestiones que pierden su importancia en los demás mundos:
subjetivo, simbólico y holístico.
Los principios secundarios del mundo objetivo son que
todo tiene un principio y un fin y todo efecto tiene una causa proveniente del
mundo físico. El chamán no desdeña el mundo físico, simplemente es uno más de
los mundos donde opera.
En la función curativa del chamán, por ejemplo, el
chamán utiliza supuestos del mundo objetivo con el fin de adquirir pericia en
los métodos de curación, como el uso de hierbas, los masajes, la quiropráctica,
el ejercicio, la nutrición o la cromoterapia, sin limitarse a los supuestos de
dichos métodos e interactuando entre el mundo objetivo y los otros mundos
chamánicos.
Fuente: El
viaje del chamán
By Maria
No hay comentarios.:
Publicar un comentario