1. El ser humano dormido
Una persona dormida es la
que se olvida de sí misma mientras vive y actúa y, por lo tanto, no
es consciente de sí, de su propio ser, en la vida cotidiana. Tiene la capacidad
de trabajar, convivir con otros, alimentarse, etc., pero no permanece atento y
consciente de sí mismo mientras realiza lo anterior. Esto impide que se dé
cuenta de que es, de su propio ser.
Las causas que mantienen al ser
humano dormido son tres: el pensamiento no dirigido, el pensamiento dirigido y
la atención dirigida exclusivamente al exterior.
El pensamiento no dirigido es la
divagación mental sin rumbo ni meta específica. Se suele llamar en psicología
“pensamiento no dirigido, flujo de conciencia o conciencia normal en estado de
vigilia”, y comúnmente se le conoce como “mente mariposa” o “estar en la luna”.
Es esencialmente caótico, e involucra pensamientos, percepciones, recuerdos,
imágenes y sentimientos.
El pensamiento dirigido es
la actividad mental que se orienta hacia una meta determinada, altamente
controlada, y que está vinculada con una situación o problema específico. El
razonamiento, la solución de problemas y el aprendizaje de conceptos son
ejemplos comunes de pensamiento dirigido.
La atención dirigida
exclusivamente al exterior es un estado alerta y vigilante del mundo que nos
rodea, pero sin permanecer simultáneamente alertas y vigilantes de nosotros
mismos.
2. El ser humano despierto
Una persona despierta es la
que se acuerda de sí misma mientras vive y actúa y, por lo tanto, es
consciente de sí en la vida cotidiana. Esto permite que se dé cuenta de que es,
de su propio ser.
El trayecto desde el estado
dormido al estado despierto, usualmente pasa por tres etapas:
En la primera etapa, como
resultado de haber practicado consistentemente las técnicas
y meditaciones para el desarrollo de la atención que colaboran con el
logro del despertar, la persona ocasionalmente despierta para, momentos después,
volver nuevamente a quedar dormido.
En la segunda etapa, como
resultado de la prolongada práctica de las técnicas y meditaciones para el
desarrollo de la atención, la persona puede ya permanecer despierta una parte
importante del día, aunque no sin dificultad.
En la tercera etapa, el proceso
culmina y el ser humano vive ahora permanentemente y sin dificultad despierto.
Es importante comprender que, una vez que el ser humano ha despertado
plenamente, el pensamiento no dirigido desaparece para siempre de su vida, pero
no el pensamiento dirigido, pues este puede ser utilizado cuando se necesite.
3. La conciencia de ser
Es el estado de profundo
aquietamiento mental o ausencia de pensamientos al que llega con la práctica
una persona despierta. En ocasiones, en este estado, se tienen dos tipos de
experiencias adicionales que podríamos considerar de orden superior: la
vivencia de unidad y la de eternidad
En la vivencia de unidad se
experimenta que uno es un solo ser con todo lo que percibe a su alrededor. En
la de eternidad se experimenta que uno es eterno y no puede dejar de ser.
4. La conciencia de ser Absoluto
en estado de éxtasis
Es una vivencia de éxtasis. La
palabra éxtasis proviene de ex, privación o fuera de, y del griego éxtasis,
acción de estar. La persona que experimenta este tipo de éxtasis deja de ser
consciente del mundo, incluido el propio cuerpo, y de cualquier actividad
mental, como son los pensamientos, las emociones y las imágenes mentales.
En esta vivencia no solo se tiene
las experiencias de unidad y eternidad, sino de ser el único ser que
eternamente es.
5. La conciencia de ser Absoluto
Esta vivencia implica que, aún
saliendo la persona del estado de éxtasis, permanece la conciencia de ser el
único ser que eternamente es.
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